Blancos contra el apartheid
El Movimiento para la Resistencia Africana se anticipó en la lucha armada al activismo militar de la mayoría negra
La Vanguardia, , 09-12-2013El primer grupo que recurrió a la lucha armada contra el régimen sudafricano, mucho antes de la creación de la rama militar del Congreso Nacional Africano ( Umkohnto we Sizwe) a la que perteneció Mandela, fue el Movimiento Africano de Resistencia (ARM), fundado e integrado en su mayor parte por jóvenes profesionales progresistas blancos, afines al Partido Liberal, que, tras la masacre de Sharpeville en 1960, se marcaron el objetivo de hacer el país ingobernable y llamar la atención del mundo. Los miembros del ARM no querían ni morir ni matar, utilizando formas limitadas de violencia que consistieron sobre todo en el sabotaje de puentes, vías férreas, postes de electricidad y sistemas de comunicaciones para crear el caos. Pero, tras unos cuantos golpes exitosos, todo acabó terriblemente mal. Uno de sus líderes, el carismático Adrian Leftwich, fue detenido en su domicilio de Ciudad del Cabo por los servicios de seguridad, y traicionó a sus compañeros a cambio de amnistía.
Uno de los pocos que consiguió escapar, John Harris, colocó una bomba en la estación de ferrocarril de Johannesburgo para demostrar que la organización seguía activa, aunque sin intención de causar víctimas. Pero la policía tardó en contestar al teléfono cuando llamó para avisar de la existencia del artefacto, y en la explosión murió una anciana y hubo otros 23 heridos. Fue detenido y ejecutado en la horca.
Aunque la inmensa mayoría de los afrikáners apoyó el apartheid, también existió una fuerte resistencia política al régimen. El moderado United Party de Jan Smuts fue la oposición formal desde 1948 hasta 1977, e inicialmente se opuso a los programas de discriminación racial, aunque luego cambió de posición e incluso criticó al Partido Nacional por “hacer demasiadas concesiones a los negros”. En las elecciones de los años setenta y ochenta, entre un 15% y un 20% de los blancos votó por el Partido Progresista (PP), cuya figura más destacada fue la diputada Helen Suzman.
Suzman, judía hija de inmigrantes lituanos, fue durante 13 años la única representante del PP en el parlamento (curiosamente por Houghton, el barrio de Johannesburgo donde tenía su casa Mandela) , y la única voz que se alzó contra el régimen. Su oposición a las sanciones, por entender que aislarían a Sudáfrica y causarían más daño a los negros y pobres que a los ricos y blancos, fue muy criticada.
Para la mayoría de color, el gran héroe blanco de la lucha antiapartheid es Joe Slovo, también judío lituano, que fue líder del Partido Comunista sudafricano (SAPC) –declarado ilegal en 1950– y un estratega militar clave del CNA.En el SAPC había numerosos blancos y mulatos, y el elemento africanista del CNA no siempre estuvo de acuerdo en una alianza multirracial para combatir el apartheid. Aunque gozaba de la confianza de personajes clave como Oliver Tambo y Mandela, fue visto durante mucho tiempo con recelo, y sólo a partir de la década de los ochenta resultó aceptado como héroe de la resistencia por los jóvenes de Soweto y otros townships. A ello contribuyó la campaña de propaganda del régimen para denunciarlo como “cerebro de la campaña terrorista en connivencia con la Unión Soviética”. Perseguido por el régimen, pasó 27 años en el exilio y su mujer fue asesinada por un paquete bomba en Mozambique. Tras las primeras elecciones democráticas, regresó para ser ministro de Vivienda.
Denis Goldberg, otro judío soñador e idealista, tenía 30 años cuando fue detenido junto a Mandela, y acusado en el célebre
juicio Rivonia. Condenado por traición y sabotaje, pasó 22 años en la cárcel, pero no en Robben Island como Madiba, sino en una para blancos cerca de Pretoria. Ingeniero civil de profesión, asistió técnicamente al CNA en su campaña para la lucha armada. En 1985 fue puesto en libertad.
El matrimonio Woods (Dennis y Wendy) fueron hostigados
durante años por los servicios secretos por su campaña contra el encarcelamiento de presos políticos, y sobre todo por su amistad con Steven Biko. Tras la tortura y asesinato de éste en Port Elizabeth, fotografiaron su cuerpo para demostrar que no había muerto de una huelga de hambre, como alegaba el gobierno (el argumento de la película Cry Freedom se basa en su historia). Y Harry Schwarz, judío alemán que recaló en Sudáfrica en 1936 huyendo de los nazis, fue abogado y amigo de Mandela. La gran mayoría de blancos fueron opresores en la Sudáfrica del apartheid, pero hubo excepciones…
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