La llegada de ‘sin papeles’ se dispara en Melilla

El Mundo, PAQUI SÁNCHEZ MELILLA CORRESPONSAL , 09-12-2013

La llegada de inmigrantes indocumentados se ha disparado este año en Melilla, que es ya la segunda puerta de entrada de los sin papeles en España, por detrás del Estrecho. La presión migratoria vuelve a estar en uno de sus momentos más álgidos. A falta de contabilizar los datos de diciembre, durante 2013 se ha superado ya el número de inmigrantes que entraron de forma irregular en 2012.

En los 11 primeros meses de este año se han contabilizado 2.273 sin papeles, frente a los 2.186 del año anterior. Las cifras han ido creciendo cada vez más, de forma consecutiva, desde el principio de la década.

El Gobierno compara la situación con la que había en 2005, cuando la crisis de las vallas (3.245 inmigrantes llegados ese año). Desde entonces, las entradas se controlaron, con entre 600 y 800 nuevos sin papeles cada año. Pero en 2010 se superó el millar. Y en 2013 ya son más de dos millares.

Por la valla sólo entran los subsaharianos varones. La mayoría de las mujeres y los niños tiene que recurrir a otros métodos gestionados por las mafias: el doble fondo en vehículos o las pateras, previo pago de 3.000 euros en adelante.

Menores sirios

Los pasos fronterizos entre Melilla y Marruecos son la otra puerta por la que se cuela el 40% de la inmigración irregular que llega a la ciudad. Muchos aprovechan que sus rasgos magrebíes son similares a los de los marroquíes para confundirse con ellos en la frontera. Allí, en medio de un caos por el que más de 30.000 personas pasan a diario, se hacen pasar por ciudadanos del país vecino enseñando una documentación falsa.

Argelinos y sirios son los dos grupos más numerosos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti). Los sirios, que huyen de la guerra en su país, llegan con la familia a cuestas y piden asilo político. Muchos son niños. De los 177 inmigrantes de esta nacionalidad que hay actualmente en el Ceti, 86 son menores de edad.

Los argelinos, por su parte, llegan a los dos centenares y una cuarta parte de ellos también son menores de edad. El resto de inmigrantes de origen no subsahariano lo forma un puñado de asiáticos de la India, Pakistán y Bangladesh.

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