Le Pen, la gran beneficiada
La Voz de Galicia, , 01-12-2013Es el momento de acordarse de aquel debate sobre la identidad nacional que lanzó Nicolas Sarkozy a bombo y platillo en el 2009. La idea era reflexionar sobre «en qué consiste ser francés», lo que inevitablemente llevaba a reflexionar también sobre en qué consiste no serlo. Fue una temeridad y, como era de esperar, el debate se convirtió en seguida en una jaula de grillos en la que intelectuales y políticos dieron rienda suelta a su bilis: unos a su desprecio por la Francia «burguesa y racista», los otros a su odio por la inmigración «islamofascista y atrasada». El resultado de aquel desahogo puede medirse con precisión en las encuestas sobre el racismo en Francia: el 2009 marcó el primer retroceso de la tolerancia medida estadísticamente y el aumento de la xenofobia declarada en los sondeos de opinión.
Aquel debate vino a su vez a coincidir con el auge de otro fenómeno iniciado ya unos años atrás: el de un discurso progresista, en principio laico, que propugnaba una integración total de los extranjeros, lo que en Francia se llaman «los valores republicanos». La idea no es mala del todo, pero es un discurso que no ha dejado nunca de rozar la islamofobia y, en la práctica, no ha servido sino para allanar el camino al vocabulario, este sí claramente xenófobo, del Frente Nacional. La revista republicana Marianne, que lleva varias semanas interrogándose agónicamente sobre cómo puede haberse impuesto este «miedo al otro», debería repasar sus portadas recientes, como una en la que se ve la figura de mujer que representa simbólicamente a Francia llevando un velo musulmán.
En cuanto al Frente Nacional mismo, es interesante ver cómo está maniobrando en este nuevo debate sobre el racismo. Sin apearse de su discurso, Marine Le Pen ha tenido buen cuidado de distanciarse firmemente de los episodios más desagradables. La candidata del FN que publicó en su Facebook un chiste racista sobre la ministra de Justicia (que es de origen africano) ha sido expulsada del partido. Le Pen no ha tenido tampoco ningún problema en condenar una portada igualmente racista del diario de extrema derecha Minute. Son dos pájaros de un tiro: Minute es el órgano de un sector contrario a Le Pen dentro de la extrema derecha y, de paso, al inventarse un extremismo a su derecha, se produce la ilusión óptica de que se desplaza hacia el centro. Nicolas Lebourg, un especialista en la extrema derecha francesa, cree que al final Marine Le Pen podría ser de hecho la beneficiaria de este debate sobre el antirracismo. Las elecciones europeas del año que viene nos darán la respuesta.
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