En este periódico el pasado 3 de noviembre, el escritor Mario Vargas Llosa publicó un artículo titulado Los parias del Caribe en el que se critica la sentencia del Tribunal Constitucional de la República Dominicana, que niega el acceso a la nacionalidad dominicana a los hijos de inmigrantes haitianos con un estatus migratorio irregular. La pieza está acompañada por una imagen que tiene como trasfondo una esvástica. Algunas precisiones:

— Soy de la opinión de que ninguna legislación puede desconocer los derechos adquiridos de las personas.

— Acompañar el artículo con el referido símbolo es una muestra del desconocimiento de las profundas relaciones de hermandad que vinculan al pueblo de Israel con el pueblo de la República Dominicana y por consiguiente, una afrenta para este último.

— La cuestión racial como argumento no tiene ningún sentido en la República Dominicana, ya que somos una sociedad de mulatos, una sociedad multirracial.

— Las relaciones con la República de Haití, han sido complejas por otros motivos: desde la definición de los límites territoriales hasta la compleja dinámica económica de los dos países que comparten La Española.

— El Estado dominicano es culpable por su inacción. La corrupción política, el contubernio de políticos y empresarios ha vulnerado los derechos de ciudadanos haitianos, convertidos en parias por su propio Estado. ¿Acaso no tienen los países europeos complejos procedimientos para el acceso a la nacionalidad? ¿Se le otorga la nacionalidad a los hijos de inmigrantes ilegales?

— La preocupación internacional por la sentencia debe dar lugar al acompañamiento a los dos Estados que comparte la isla para que la regulación migratoria se realice al amparo del Derecho internacional.

— Finalmente, equiparar la sentencia del Tribunal Constitucional a las leyes del nazismo sin examinar todos sus elementos, es un exceso, cuando menos.