El Rey recibe a los judíos más ricos del planeta

Salió de Zarzuela por primera vez en dos meses para saludar a 181 filántropos

El Mundo, ANA ROMERO MADRID, 07-11-2013

Por razones de espacio, el Rey se vio obligado a salir ayer de La Zarzuela por primera vez desde que se operó de la cadera izquierda infectada a finales de septiembre. Los 181 representantes de Keren Hayesod-United Israel Appeal (UIA) – el brazo financiero del sionismo mundial, fundado en 1920– eran demasiados para el reducido salón de audiencias del palacio donde vive Don Juan Carlos y donde ha estado recuperándose de esa última operación de cadera.

En el patio central del Palacio de el Pardo, entre dos formidables tapices, no cabía ayer un alfiler. Pero la ocasión merecía la alfombra roja y los guardias reales a la puerta de palacio: como señaló, medio en serio medio en broma, un conocedor de algunos de los asistentes, «la riqueza de los presentes supera el Producto Interior Bruto de España».

Cada dos años, el Keren Hayesod (Fondo de la Fundación, en hebreo) reúne a las 200 familias más ricas y poderosas del universo judío. La filantropía está dirigida principalmente al Estado de Israel, pero son también muchos los hospitales y las escuelas construidas gracias a estos generosos donantes fuera de la patria judía, según fuentes cercanas a la organización.

Este año, la organización ha elegido Madrid como punto de encuentro durante tres días. El martes los recibió Mariano Rajoy en La Moncloa. Ayer desayunaron con José Manuel García-Margallo, el ministro de Asuntos Exteriores, y también departieron con el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, al que expresaron su inquietud por la lentitud con la que España está gestionando la devolución de la nacionalidad española a los judíos que puedan demostrar su ascendencia sefardí.

El Rey les dio la bienvenida y agradeció su presencia en Madrid, la ciudad que eligieron en detrimento de São Paulo o Moscú. No pudo saludar a todos y cada uno de los 181. Sólo estrechó su mano la decena de directivos de la organización, entre ellos el español Gil Gidron, presidente local de Keren Hayesod, que tiene 45 oficinas repartidas por todo el mundo. También lo hizo el empresario David Hatchwell, presidente de los judíos madrileños.

Sheldon Adelson, el promotor de Eurovegas, acudió en una silla de ruedas motorizada y pertrechado con un bastón de mango plateado. Se sentó en tercera fila junto a su esposa, la doctora Miriam Ochshorn, y no tuvo ocasión de saludar personalmente al Monarca. Desde los aledaños de Eurovegas se restó importancia a la presencia de Adelson, que nada tuvo que ver con su macroproyecto de casinos en Alcorcón.

Según fuentes cercanas al magnate, el proyecto «marcha sobre ruedas» a pesar de las supuestas dificultades financieras y de los problemas que se encontró con la Ley del Tabaco en España. También negaron estas fuentes que ayer se quisiera ocultar la presencia de Adelson en la audiencia real: «Está aquí como filántropo, no como empresario».

Sentados frente al Rey, que se acomodó en una silla tras entrar en el patio apoyado en dos muletas, estuvieron ayer, entre otros, tres miembros de la familia francesa Kraemer, que lleva cinco generaciones vendiendo las mejores antigüedades del siglo XVIII en París. También, Edward Misrahi, financiero británico de origen español. Y el gran rabino del Reino Unido, lord Jonathan Sacks, considerado una eminencia intelectual en ese país, acompañado de su mujer, lady Elaine.

La mayoría, sin embargo, prefirió el anonimato. Llegaron en cuatro autobuses desde el centro de Madrid y se negaron a marcharse sin hacerse la foto de familia frente al Palacio de el Pardo; aunque fuera sin la presencia de su anfitrión, el Rey, que tras 40 minutos de audiencia regresó a La Zarzuela.

El de ayer fue el primero y el último acto público fuera de La Zarzuela hasta que salga, el próximo 21, para someterse a la segunda y definitiva operación.

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