Los Mossos d’Esquadra propinaron el 26 de septiembre del 2011 un verdadero mazazo a la mafia china que controlaba la prostitución en Barcelona y en ciudades cercanas. Entraron en una treintena de locales, entre ellos centros de estética y peluquerías, y detuvieron a los miembros de la trama. Dos años después y tras una ardua investigación judicial, la fiscalía ha presentado el escrito de acusación, en el que reclama 54 años y 4 meses de prisión para Hai Lin y 40 años y 4 meses para su hermano, Quan Lin. Los investigadores les atribuyen ser los cabecillas de la red. A estos dos supuestos jefes y a otros 16 ciudadanos de origen chino se les imputa por múltiples delitos, desde prostitución de menores, inmigración ilegal, trata de seres humanos y organización criminal hasta falsedad y tráfico de drogas.
La acusación sostiene que al menos desde el 2010 y hasta septiembre del 2011, cuando hubo la redada, los procesados, y otras tres personas declaradas en rebeldía, todas de nacionalidad china, se dedicaban a gestionar locales donde había mujeres de su misma nacionalidad que ejercían la prostitución, lo que les proporcionaba un beneficio económico.

TRATA DE SERES HUMANOS / Alguna de esas mujeres, detalla el fiscal Francisco Javier Pérez Ruiz, eran traídas a España por los mismos procesados e introducidas en el país sin solicitar permiso de residencia alguno. Otras eran reclutadas aquí. Los acusados, incluso, les proporcionaron documentos de identificación y pasaportes extranjeros que había elaborado ellos a imitación de los originales o que habían sido modificados cambiando datos sobre la identidad.
Las mujeres, alguna menor de edad, que trabajaban en los locales regentados por los procesados se veían obligadas a ejercer la prostitución porque carecían de recursos económicos y debían dinero a la trama que las había introducido ilegalmente en España. El fiscal sostiene que, además, por su situación irregular en el país «tenían difícil» acceder a otra profesión distinta a la que la mafia china les forzaba a ejercer.

LOS TENTÁCULOS / La organización, siempre según la acusación, era dirigida por los hermanos Hai y Quan, que utilizaban un local de ocio llamado KTV, sito en la calle de Ramon Vinyes de Sant Adrià de Besòs, y que antes se había denominado Mailendi. Con ellos colaboraban familiares suyos y personal subalterno, también imputados. Desde este establecimiento, los supuestos cabecillas «coordinaban» las actividades de la red, tanto las relacionadas con la prostitución como las de alteración de documentos. Otras personas eran las encargadas de regentar los locales donde se ejercía la prostitución.
La fiscalía relata que era frecuente que las mujeres y los encargados pasaran de un local a otro, la mayoría ubicados en Barcelona. También había centros en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès), Manresa (Bages), Vilanova i la Geltrú (Garraf) o Castelldefels (Baix Llobregat). Igualmente se inyoría ubicados en Barcelona. También había centros en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès), Manresa (Bages), Vilanova i la Geltrú (Garraf) o Castelldefels (Baix Llobregat). Igualmente se incautaron de pistolas.

Falsificación de tarjetas de crédito y venta de droga

Al margen de favorecer las actividades de prostitución, algunos acusados también elaboraban tarjetas de crédito falsas a imitación o mediante modificación de originales. En inmuebles registrados en octubre del 2011 se hallaron algunas de ellas.

La fiscalía detalla que entre los encargados del local de ocio KTV, desde donde se dirigía la red, también realizaban labores de venta de droga. Los Mossos hallaron estupefacientes allí y en otros establecimientos de la trama.