Ningún ser humano es ilegal
Diario de Noticias, , 03-11-2013hISTORIAS para no dormir son las que miles de personas del continente cálido, con presencia humana más antigua, cuentan a la llegada a las costas de la Península Ibérica. Sueños rotos, mentiras, promesas incumplidas… la anhelada Europa, la Europa de las oportunidades se desvanece con el naufragio de miles de cuerpos que vagan por el Estrecho. Hablamos de un continente con cientos de pueblos y culturas diferentes, donde la diversidad lingüística, cultural se tiñe del color del sol.
África, un continente bañado de sangre, conflictos armados, guerras entre comunidades, violencia política, ataques dirigidos, fronterizos, por alimentos, piratas, una odisea del sufrimiento. Ante tales barbaries, la Europa soñada se abre camino en la oscuridad, como la luna engaña con su manto, en cada caída del sol. La vida en la clandestinidad es lo que les espera en Europa, la misma potencia que explotó sus riquezas naturales, con condiciones de vida míseras por parte de las multinacionales que hacen negocios con su desgracia. Muchos africanos viven con un euro al día, en Europa pueden ganar pidiendo limosna 5, 10 euros al día, para ellos eso es mucho y no tenemos derecho a reprimir por querer intentarlo, la actual crisis alimentaria en la franja africana del Sahel afecta ya a 18 millones de personas, muchas familias no pueden hacer más de una comida al día, con alimentos básicos como arroz o cuscús. “En África, la crisis significa morirse de hambre”.
Ante tales atrocidades, los Gobiernos de las naciones, seres despiadados, sin alma ni escrúpulos impulsan políticas antihumanas, acuerdos de tráfico de indocumentados, abandonando seres humanos en la oscura noche, en la clandestinidad, aferrándolos a una muerte asegurada, mientras ellos gozan de coches lujosos, chales en zonas privilegiadas, atiborrándose de suculentos manjares en sus acomodados hogares, mientras cambian de cadena televisiva cuando niños negros aparecen en la hambruna, sus despiadados corazones no aguantan ver tales imágenes, imágenes que a muchos nos despiertan en la madrugada inquietando nuestras almas.
Historia tras historia, nombre tras nombre, cada cual me inquieta más, vivencias desoladoras de cómo miles y miles de seres humanos entran en las costas de Andalucía, un infierno vivido para buscar dignidad, una dignidad que nunca llega, familias abandonadas, represión por ideología, condición sexual… niños muertos en los cayucos, mujeres muertas de sed en el desierto, la esperanza de un pueblo sometido a los intereses de las grandes potencias mundiales, mientras cuerpos sin alma trafican y hacen negocio a costa de ellos… Un Gobierno español que los devuelve a Marruecos, y un Gobierno marroquí que los abandona en el desierto… Si eso no es un asesinato, explíquenme ustedes qué es matar.
Siento vergüenza por formar parte de un pueblo que ha puesto a gobernar a semejantes personajes tan despiadados, la ley Loex del Gobierno del Partido Popular, mejor denominado el partido de la vergüenza, una ley que es un insulto a los derechos humanos, sin piedad ni humanidad, la cual complica la situación de los irregulares, despojándolos de cualquier derecho, añadir que los recortes en servicios sociales, tijeretazos insultantes empeoran la situación y no aportan progreso para una sociedad inclusiva, recordando la desfachatez y discriminación racista y xenófoba con las nuevas medidas sanitarias para irregulares, dejándolos fuera del marco de sanidad, simplemente vergonzoso.
Hoy comienzo el día leyendo en la prensa que más de 80 emigrantes, en su mayoría mujeres y niños, han muerto de sed en una zona desértica de Níger cuando intentaban llegar a Argelia y, probablemente, a Europa, una vez más sangre y dolor de un mundo que mira hacia otro lado. Desde aquí hago un llamamiento a la cooperación internacional, al cumplimento de los derechos humanos, a las políticas de las naciones y sobre todo a la ciudadanía para que exija a los gobiernos un cambio de políticas donde todas y todos tengamos nuestro lugar, construyendo una sociedad inclusiva y garantizando el derecho a una vida digna para cualquier ser humano, sea cual sea su origen, anhelando el día que cualquier ser humano pueda viajar libremente sin importar el color de su pasaporte.
Jana Senosiáin Esparza
(Puede haber caducado)