Londres retira su campaña contra la inmigración ilegal
La ONU critica el mal trato que da Hungría a los refugiados
La Voz de Galicia, , 23-10-2013«Vete a casa o serás detenido». La disyuntiva formaba parte de la campaña emprendida por el Gobierno inglés para disuadir la llegada de inmigrantes ilegales y podía verse en varios distritos de Londres porque se encargaban de ello unas furgonetas con carteles que llevaban escrito el mensaje en grandes letras. Pero ha tenido una vida efímera. Según informa Efe, un portavoz del ministerio del Interior británico señaló ayer que, tras haber revisado la iniciativa, la ministra Theresa May no estaba «convencida» con los resultados, por lo que el programa «no se extenderá».
La campaña fue prohibida este mes por la Autoridad de Estándares Publicitarios, pero no porque fuera ofensiva o irresponsable, como denunciaba la oposición, sino porque las estadísticas de arrestos esgrimidas eran engañosas. Ese organismo recibió 224 quejas de grupos que representan a solicitantes de asilo, especialistas en derecho e incluso de un lord del Partido Laborista.
El Gobierno de coalición que encabeza Cameron ha sido muy criticado en los últimos días por enviar mensajes de texto a supuestos inmigrantes ilegales con advertencias similares, que en muchos casos llegaron a personas con total derecho a permanecer en el país.
La decisión coincide con dos noticias relacionadas con la inmigración en Europa. La primera es la campaña de presión lanzada desde Italia por el primer ministro Letta para que el Consejo Europeo que se reúne el jueves y el viernes apruebe medidas para contener la llegada de inmigrantes por el Mediterráneo. La segunda se desprende de un informe de la ONU que critica los malos tratos que reciben los refugiados de Hungría, país en el que las solicitudes de asilo se multiplicaron por 25 en el segundo trimestre. Los refugiados, sobre todo kosovares, paquistaníes y sirios, llegan con la ayuda de traficantes de personas desde Turquía, Serbia, Bulgaria o Rumanía. En uno de esos campamentos, medio centenar de refugiados africanos están desde hace días en huelga de hambre y denuncian que las condiciones son «comparables con las de una cárcel».
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