«¿Dónde está la Francia prometida?»

Los estudiantes arremeten contra Hollande en protestas por la deportación de sin papeles

El Mundo, JUAN MANUEL BELLVER PARÍS CORRESPONSAL, 19-10-2013

«¿Dónde está la Francia que nos habían prometido?», se quejaba ayer un barbilampiño Bernard al término de la manifestación que transitó por la tarde desde la Plaza de la Bastilla hasta la Plaza de la Nación, al este de la capital francesa. Cerca de 4.000 jóvenes –13.000, según la Unión Nacional de Estudiantes– acudieron al acto para protestar por la brutalidad con que el Gobierno socialista de François Hollande ha expulsado recientemente del país a dos estudiantes sin papeles.

Espoleados por los sindicatos comunistas y el sector más crítico de la coalición gubernamental socialista-ecologista, los adolescentes que bloquearon por la mañana la entrada de 20 centros escolares parisinos esgrimían carteles que reclamaban el retorno de sus «compañeros» deportados e insistían en que «un carné de estudiante equivale a un permiso de residencia» o que «una institución educativa es un santuario».

Quién le iba a decir a los agentes de la Policía de Fronteras que arrestaron el 9 de octubre a la quinceañera gitana Leonarda Dibrani en el Doubs, durante el trayecto de una excursión escolar, que su detención e inmediata expulsión a Kosovo desataría un escándalo mayúsculo en el Hexágono cuando salió a la luz pública una semana después. O a los que pusieron en un avión rumbo a Armenia al estudiante de 19 años Khatchik Kachatryan, que se arriesga a ser condenado por desertor en su país, por haber eludido el servicio militar obligatorio

Ni el presidente Hollande, de viaje en Sudáfrica, ni el titular de Interior, Manuel Valls, desplazado a las Antillas, podían prever que la repatriación de estos dos jóvenes sin papeles echaría a la calle masivamente, por primera vez en el tiempo que la izquierda lleva en el poder, a los mismos estudiantes que los condujeron con su voto al Elíseo 17 meses atrás.

En la misma semana en que un sondeo señala al ultranacionalista Frente Nacional que dirige Marine Le Pen como virtual ganador de los próximos comicios al Parlamento Europeo, la izquierda francesa más dura ha acusado de «xenofobia» y de «lepenización» al Ejecutivo de Jean-Marc Ayrault, al tiempo que pedía la dimisión de Valls. «Es como si se estuvieran disparando un tiro en la pierna», advertía ayer el ex titular de Interior Jean-Pierre Chevènement.

Como si desoyeran el consejo del octogenario líder del Movimiento Republicano y Ciudadano, diversos barones socialistas se posicionaron el viernes al lado de la ecologista Cécile Duflot, ministra de la Vivienda que mantiene un rifirrafe público con Valls sobre el tema de las expulsiones de romaníes búlgaros y rumanos. No sólo la candidata a la Alcaldía de París Anne Hidalgo solicitó «solemnemente el regreso de los dos estudiantes injustamente expulsados», sino que incluso la compañera sentimental del jefe de Estado, Valérie Trierweiler, se atrevió a opinar durante un encuentro con la prensa en Angers, donde sugirió que «algunas fronteras no pueden franquearse y la de la escuela es una de ellas».

Mejor habría hecho en permanecer callada, como se ha mantenido Hollande durante estos días a la espera de una investigación interna que se hará pública hoy, puesto que Le Monde vino a recordarle anoche que la ley actual no impide a las fuerzas del orden entrar en los centros docentes para realizar detenciones. «La única circular que recomienda prudencia a la policía al actuar en colegios data de 2005, cuando el titular de Interior era Nicolas Sarkozy», añade el diario.

«Si se ha producido alguna irregularidad en el procedimiento de deportación, Leonarda volverá a Francia», había sugerido días atrás Ayrault para calmar los ánimos. Mientras los términos de la expulsión se dilucidan, Valls ha acortado su estancia en Martinica para regresar a París, donde se le espera hoy para tomar las riendas del affaire. Según los últimos resultados del barómetro Ipsos, la polémica de las expulsiones le ha situado paradójicamente como el político más popular del país con un 56% de aceptación.

Hoy, tendrá que afrontar las críticas del ala izquierda de su propio partido y pacificar la calle; cosa fácil, ya que empiezan las vacaciones estudiantiles de Todos los Santos. Sin que se haya filtrado nada del informe interno, en los mentideros políticos se especula con que las repatriaciones fueron correctas pero Hollande quiere aprovechar la «emoción social» generada para revisar el procedimiento y dar mayor protección a la enseñanza, que era uno de los puntos fuertes de su programa electoral de 2012.

Entretanto, la cara angelical de las víctimas de este enrevesado caso se empieza a diluir, ya que Reuters revelaba el jueves que Leonarda Dibrani no es kosovar sino italiana y su padre mintió sobre la nacionalidad de toda la familia para intentar conseguir en París el estatus de refugiado político. Por su parte, el otro héroe estudiantil, Khatchik Kachatryan, reconoció ayer a BFMTV que, antes de su expulsión, llevaba tres semanas arrestado por haber sido sorprendido robando unos zapatos en el centro comercial de Les Halles.

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