Las aguas del canal de Sicilia, donde la semana pasada perdieron la vida 339 personas, siguen engullendo vidas. Una barcaza con unos 250 inmigrantes a bordo volcó ayer, provocando al menos 50 muertos.

Viene de primera página

La barcaza volcó a las 17.15 horas a unas 60 millas de Lampedusa y 70 de la costa de Malta, en una zona bajo la jurisdicción de las autoridades maltesas. El primer balance de víctimas es de al menos 50 muertos, una decena de los cuales serían niños.

Según informaban las fuerzas armadas maltesas, la tragedia se habría desencadenado cuando un avión militar que hacía un vuelo de reconocimiento sobre las aguas del Canal de Sicilia fue avistado por los inmigrantes . Muchos de ellos se pusieron en pie y comenzaron a hacer señales con las manos para tratar de llamar la atención de los ocupantes del avión. Pero la embarcación que, siempre según el comunicado emitido por las autoridades maltesas, parecía bastante inestable, volcó.

Enseguida acudieron a la isla equipos de salvamento malteses e italianos, ya que La Valleta solicitó colaboración a Roma. Pero cuando llegaron ya había cadáveres flotando en el agua. Unos 150 inmigrantes fueron auxiliados por una nave de la Marina de Malta, mientas que cerca de medio centenar se pusieron a salvo en otra de la marina italiana.

«Hemos visto una decena de muertos, entre los que había varias mujeres y niños», aseguraba Luca Pirozzi, comandante de la nave de la marina italiana que se desplazó para colaborar en las tareas de rescate.

Fue precisamente la Guardia Costera italiana la que recibió una llamada de un teléfono vía satélite advirtiendo de que había una barcaza con inmigrantes en dificultades. Las autoridades italianas localizaron el origen de la llamada y al comprobar que se había realizado desde aguas bajo la jurisdicción maltesa informaron a los responsables de ese país. Malta tenía un avión volando en ese momento no lejos de la zona y el piloto recibió la orden de dar un vistazo a la zona de donde había partido la llamada. Fue al ver al avión cuando los inmigrantes que iban en la barcaza comenzaron a saltar y a agitarse tratando de llamar la atención. Los movimientos hicieron volcar la embarcación.

Esta nueva tragedia pone una vez más en evidencia el brutal drama que se vive a diario en el Canal de Sicilia, donde la semana pasada naufragó otra barcaza frente a Lampedusa que se encontraba en peligro. Sólo la noche del jueves fueron rescatados en la zona 503 inmigrantes en cinco operaciones distintas, según informaban las autoridades italianas. «Ésta es la nueva y dramática confirmación de que estamos ante una situación de emergencia», exclamó el primer ministro italiano, Enrico Letta, al ser informado de este nuevo naufragio, «Hay que cambiar la ley, porque pedir derecho de asilo a nado no es aceptable para Europa: es necesario cambiar las políticas de asilo y después las de acogida», indicaba Giusi Nicolini, alcaldesa de Lampedusa.

Por su parte, ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, advertía ayer del riesgo de que se repitan nuevas tragedias en el Mediterráneo si no se pone en marcha una respuesta conjunta e integral al desastre de Lampedusa. «Se debe tener en consideración la situación en los países de los que huyen y por los que transitan en busca de asilo, las rutas por mar, así como las acciones que hay que tomar a su llegada y posteriormente. Sin esto, en el futuro se registrarán nuevos desastres», sentenciaba en un comunicado esa organización.

Tras el naufragio de la semana pasada, Italia está debatiendo si ha de introducir cambios en su legislación en materia de inmigración. El miércoles pasado, el Senado aprobó despenalizar el delito de inmigración clandestina, que hace que en cuanto un sin papeles pone el pie en Italia sea considerado automáticamente un criminal y se desencadene contra él un proceso judicial.

Los senadores del Movimiento Cinco Estrellas que lidera el cómico Beppe Grillo votaron a favor de despenalizar el delito de inmigración clandestina. Sin embargo, el propio Grillo ha salido a criticarles diciendo que debe seguir siendo delito.