El SIVE y el fin del conflicto con Marruecos sacan a Alicante de la ruta de las pateras

La costa alicantina no recibe un cayuco desde hace un año, cuando una embarcación con catorce inmigrantes llegó a Santa Pola

ABC, DAVID MARTÍNEZ , 21-10-2013

Hace solo un año, parecía impensable que la costa de Alicante pasase una larga temporada sin recibir pateras. Sin embargo, el fenómeno de la inmigración ilegal se ha retirado de la Costa Blanca tan abruptamente como se presentó, con los primeros cayucos, en el año 2007. La costa alicantina no ha recibido una sola patera en el último año, desde que la última embarcación fuese interceptada frente a la localidad pesquera de Santa Pola –y los catorce tripulantes de la patera fueran detenidos y repatriados–.

Fue el 14 de octubre de 2012, cuando un buque mercante dio el aviso al detectar una patera a 25 millas de la costa de Santa Pola. Salvamento Marítimo y la Guardia Civil activaron un operativo para interceptar la embarcación, que fue conducida al puerto de Alicante, donde los catorce varones (once de ellos adultos, aunque algunos intentaron hacerse pasar por menores de edad) fueron atendidos por la Cruz Roja y luego llevados a un centro de internamiento. Esa fue la última patera de una oleada que, entre julio y octubre, había llevado cinco cayucos a las costas alicantinas. Y también la última de la que se tiene constancia hasta la fecha.

La explicación a la desaparición del fenómeno tiene un triple origen, según los expertos en la lucha contra la inmigración ilegal consultados por ABC. El primero, tal como publicó ABC el pasado verano, es el Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) instalado por el Gobierno socialista en 2009. Si bien los cuatro radares se han distinguido desde entonces por sus constantes averías y los errores en la detección de embarcaciones –explicados en buena medida por la corta plantilla que los maneja y la escasa formación que recibieron en un primer momento sus miembros-, el SIVE ha comenzado a ejercer un efecto disuasorio sobre las mafias al planificar sus rutas. El motivo es que las noticias sobre los fallos del SIVE no llegan al norte de África, pero sí se conoce de su existencia, lo que actúa como freno al decidir enviar una embarcación a Alicante.

El segundo motivo es también atribuible a la acción de los cuerpos de seguridad. La vigilancia marítima en el Mediterráneo se ha incrementado en los últimos tiempos, con el objetivo de atajar el tráfico de hachís. En este operativo, se presta especial atención a buques mercantes y pesqueros que pudieran servir como naves nodriza para las lanchas rápidas que llevan a cabo los alijos.

De esta forma, se dificulta también el acceso de otras embarcaciones que servían como nave nodriza a las pateras que han llegado a Alicante en los últimos años. En este sentido, cabe recordar que si bien el Gobierno del PSOE negó en un primer momento la existencia de dichos buques, la Guardia Civil terminó desvelando su existencia –aunque también la posibilidad de que algunos cayucos hicieran la ruta completa desde el norte de África–. Con todo, el tercer motivo, y acaso el más determinante, hay que buscarlo en factores políticos. Las grandes oleadas de pateras con destino a Alicante han coincidido en el tiempo con crisis institucionales o inestabilidad en el Magreb. Así, uno de los «picos» del tráfico ilegal de personas se registró en 2010, en pleno conflicto de España con Marruecos por la reivindicación marroquí de los enclaves de Ceuta y Melilla. Las fuerzas de seguridad han constatado que, cuando se produce un enfrentamiento de estas características, las autoridades magrebíes «relajan» su vigilancia del fenómeno, lo que permite salir a un mayor número de pateras.
Última oleada

En 2012, la última oleada de pateras coincidió con un momento de inestabilidad en el norte de África, lo que motivó también una notable efervescencia en el fenómeno migratorio. Desde entonces, aunque se han dado las condiciones climatológicas apropiadas en varias ocasiones, las mafias han optado por destinos más próximos al punto de partida, como Canarias, la zona del Estrecho o Cartagena.

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