A los 1.200 inmigrantes detenidos el lunes en Moscú se unieron el miércoles otros 2.000. La medida tiene como objetivo determinar si residen legalmente. Serán sancionadas 140 personas por incumplir las leyes de extranjería. Las redadas se han intensificado después de que la semana pasada un azerbaiyano asesinara a puñaladas a un joven en el barrio moscovita de Biryuliovo.

El presunto autor es Orján Zeinálov, que el martes ya había sido detenido. Ayer circulaba en los medios rusos un vídeo con su detención y traslado en helicóptero a dependencias del Ministerio del Interior, donde el propio ministro aparece felicitando a los policías y dirigiendo una mirada de desprecio al arrestado.

El homicidio provocó graves desórdenes callejeros el domingo, a pesar de que las autoridades llevan tiempo, desde febrero, a la caza del inmigrante ilegal, debido al malestar de la población por el aumento de la criminalidad, que contribuye a fomentar la ideología nacionalista y el sentimiento xenófobo. Según los servicios de inmigración, en el 2013 han sido expulsados de Rusia casi 40.000 inmigrantes .

La mayoría de los rusos exigen que se endurezcan los requisitos de entrada e incluso el líder opositor Alexéi Navalni es partidario de establecer un visado con los países del Cáucaso y Asia Central, de donde proceden la mayor parte de los indocumentados.

Rusia es el segundo país del mundo, tras EE.UU., en número de inmigrantes , en total 11 millones. De ellos 3,5 son ilegales. El descenso demográfico, sin embargo, obligará a Rusia en 15 años a echar mano de unos 40 millones de trabajadores extranjeros.