Un alunicero de Villaverde urdió en prisión el robo de mayor valor ocurrido en el sector de la joyería de Madrid. Ismael Arriero Valcarcé, de 32 años alias el Isma, planeo junto a varios compinches el asalto a las cámaras acorazadas del edificio Diarsa de López de Hoyos 245. Ocurrió a media tarde del pasado 1 de diciembre y se llevaron un botín de 23 millones de euros en 1.710 relojes, algunos de ellos valorados en 270.000 euros ya que contienen diamantes en su esfera.

La Policía ha detenido a 17 implicados en este asalto y en la posterior distribución de la mercancía sustraída. Seis de los arrestados son chinos que se encargaban de trasladar a su país los cronómetros para su venta clandestina. Varios de ellos regentaban comercios de todo a cien en Las Rozas, Colmenarejo, Fuenlabrada y Usera.

El Isma ideó una red de exportación a Shangay, vía Qatar, con los ciudadanos orientales debido a que los relojes tenían un número especial de serie y su venta era muy arriesgada en Europa. Eran esferas exclusivas de alta gama de las marcas Hublot, Locman, Ulysse Nardin, Boucheron, Parmigiani, Eberhard y Cuervo y Sobrino.

De los 17 detenidos 12 han ingresado en prisión por orden del juzgado número 51 de Madrid y el número 8 de Leganés. Hasta el momento se han recuperado 321 relojes valorados en unos cinco millones de euros y se ha decomisado dinero en metálico a los apresados. La venta de todo el botín les hubiera reportado unos beneficios de 7 millones, ya que el precio en el mercado negro cae hasta el 30% del valor real.

El robo ocurrió a plena luz del día de un sábado y en el intervalo horario en el que el edificio se quedaba sin vigilantes de seguridad, entre las 16.00 y las 20.00 horas. Los ladrones lograron burlar también los sistemas de protección gracias a que alguien les facilitó los códigos para anular todas las alarmas. La Policía aún no ha averiguado como lograron esas claves. Muy pocos las sabían, algún empleado y varios jefes.

Con «total limpieza y la mejor de las artes», según el jefe Superior de Policía, Alfonso Fernández Díez, la banda entró en la cámara acorazada con sofisticadas herramientas (lanza térmica y oxicorte). Agujerearon paredes de 60 centímetros de grosor y se hicieron con la mercancía huyendo con las grabaciones de las cámaras de seguridad.

La Policía cree que El Isma participó en el golpe, así como su hermano José Luis Arriero, otro histórico y hábil delincuente de la zona de Las Torres en Villaverde.

La pista clave para los investigadores fue la interceptación en el aeropuerto de Barajas de varios relojes que ciudadanos chinos ocultaban en sus maletas entre la ropa, entre ellas una de las piezas valorada en 270.000 euros.

Con esa línea de investigación se siguieron a otros compatriotas de los arrestados. Su vigilancia permitió detener en Shangay a varios de los miembros de la red, gracias a la colaboración de Interpool.

Al mismo tiempo, los agentes habían descubierto en España que estos ciudadanos orientales tenían relación con la banda del Isma. Los agentes llegaron hasta los sospechosos que residían en Ibiza. Allí vivían en residencias de lujo y alquilaban barcos a diario para recorrer la costa bajo la apariencia de ser unos acaudalados empresarios. Tampoco los chinos se privaban de nada e, incluso, uno de los receptadores se compró un Porsche de 100.000 euros.

Una vez identificados y localizados los españoles, la Policía procedió a su arresto el pasado verano en Ibiza. Allí se recuperaron más de 130 relojes, hachís, 75.000 euros en efectivo, armas de fuego, herramientas y aparatos electrónicos.

Ahora El Isma vuelve por sexta vez a prisión. Su anterior detención fue en abril de 2012. Nunca ha estado entre rejas más de medio año. Su paso por la cárcel más que una reinserción es una motivación. El grupo de Atracos de la Brigada de Policía Judicial de Madrid lo sabe bien.