“Para trabajar hay que adaptarse a las costumbres y saber holandés”
Holanda es un país de oportunidades para universitarios bien preparados Las pistas de los expatriados españoles para quienes quieran seguir su camino ¿Vives en Holanda? Cuenta tu experiencia a otros y todo lo que les pueda resultar útil Escríbenos a expatriados@elpais.es o utiliza el hastag #trabajarenHolanda
El País, , 18-10-2013Estos son los testimonios que hemos recogido de los expañoles expatriados en Holanda que han enviado un correo electrónico a la dirección expatriados@elpais.es
Raúl Velasco. Ingeniero químico
Yo soy otro expatriado de larga duración en tierras holandesas. Expatriado por elección, que abandonó Alicante el 29 de septiembre de 2008 para continuar mis estudios en una universidad holandesa. Después de un año y medio en un departamento de investigación evitando meterme en un doctorado en España, la casualidad me llevó a Eindhoven.
Raúl Velasco en Holanda.
Sí, fue una casualidad que acabara en Holanda. Nunca me había planteado que este país fuera el que me viera emanciparme. Yo me veía más en Escandinavia, donde te venden que la calidad de vida es la mejor del mundo. Pero acabé en Holanda porque vi un cartel. Un cartel que anunciaba que los representantes de la Universidad de Eindhoven venían a promocionar uno de sus másteres en Diseño de Procesos y Productos Químicos a mi universidad. Un máster en el que te pagaban por estudiar para contrarrestar la escasez de mano de obra cualificada que un país tan desarrollado (pero tan pequeño) como Holanda tiene. Si no hubiese visto ese cartel estaría en Inglaterra, Estados Unidos o incluso Escandinavia. Lo que es casi seguro es que no estaría en España.
Aunque todos echemos España de menos, la incapacidad de nuestro país para acoger al considerable número de ingenieros que cada año se gradúan es un problema que se veía venir mucho antes de la dichosa crisis. Un ingeniero químico (como yo) tiene básicamente cuatro destinos en España: Repsol, una depuradora de aguas, la educación secundaria o el paro. España no tiene la infraestructura industrial de otros países (por ejemplo, Holanda) lo que hace que su economía sea más volátil y sufra mucho más en tiempos de vacas flacas. Entonces, ¿es la “fuga de cerebros” la consecuencia de la crisis? No lo creo. Es la consecuencia de la política de “bueno, bonito y barato” que se ha hecho en las épocas de bonanza.
Volviendo a Holanda, lo que comenzó como un par de años de estudio para “especializarme en algo y volver más preparado a España” se transformó en un máster y dos trabajos relacionados con lo que estudié que me están dando muchas satisfacciones. Para la típica pregunta, la típica respuesta: “volveré a España pero no a cualquier precio”. Una vez que se prueba el hecho de acabar la jornada laboral a las 17.00, tener más de 40 días de vacaciones y, sobre todo, la libertad de poder desarrollarte profesionalmente, se te olvidan el tiempo, la comida y los idiomas vikingos. De hecho, la capacidad de adaptación de los expatriados a esos pequeños inconvenientes nos hace más resistentes o más tolerantes al cambio que muchos de los “nativos” trabajando en puestos similares al nuestro. Lo que pensamos que es nuestra debilidad, es nuestro as en la manga.
Soy de los que piensan que ser expatriado es una situación beneficiosa para ambas partes: la empresa contrata a un trabajador con la capacidad de tomar decisiones tan relevantes como dejar a un lado su vida anterior y el expatriado verá recompensada su “valentía” con buenas condiciones laborales y experiencias que le harán crecer dos veces más rápido como profesional que aquel que está apoltronado en su casa.
Como soy consciente de que el primer paso es el más difícil, me sentí moralmente obligado a abrir las puertas del mercado laboral foráneo a los ojos de los ingenieros químicos españoles. (Aquí viene el autobombo). Y creé una página en Facebook donde empecé publicando las ofertas de trabajo que encontraba en Internet. Como la acogida fue buena (tenemos algo más de 1.300 “me gusta”), decidí que esa página podría servir como plataforma de encuentro directo entre reclutadores e ingenieros y contacté a varios responsables de Recursos Humanos. Hasta ahora no ha habido contrataciones de las que yo me haya enterado, pero cuando eso ocurra por primera vez habré saldado mi deuda moral.
Mientras eso ocurre, seguiré propagando las bondades de ser expatriado en aquellos foros que me den la oportunidad. Marcharte al extranjero es un tren que va muy rápido, al que cuesta montarse pero que te llevará a lugares de ti mismo que te sorprenderán.
Isabel Martínez Herranz. Ingeniero Industrial
Soy ingeniero industrial y trabajo en el puerto de Róterdam. Al acabar la carrera decidí buscar trabajo en España, sin darme cuenta de que esto iba a resultar tarea imposible. Después de varios meses de frustración y procesos de selección que no llevaban a ninguna parte, empecé a buscar trabajo en el resto de Europa.
Al tener la carrera de ingeniería industrial con un buen nivel de inglés, esto no me resulto muy complicado y pronto recibí varias ofertas de trabajo en el resto de Europa. Alrededor de esas fechas también recibí una oferta de trabajo de una famosa consultora de negocio en Madrid. Sin embargo, la oferta de desarrollo profesional y el paquete de beneficios no era para nada comparable con las otras ofertas del extranjero. Por este motivo decidí marcharme a Holanda.
El primer año de vivir y trabajar en Róterdam ha sido muy duro. Tanto la cultura como el idioma son bastante diferentes de lo que estaba acostumbrada en España. Aquí es muy difícil encontrar trabajo sin saber holandés, especialmente en el sector industrial donde se esté en contacto diariamente con trabajadores de fábrica que no controlan el inglés. Tuve la suerte que la empresa para la que trabajo me facilitó algunos cursos de holandés y he ido poco a poco cogiendo el idioma.
De esta experiencia saco muchas cosas buenas y también alguna mala, pero lo que más me ha impactado es lo duro que es ser inmigrante en un país en el que tan solo eres un número más.
Porque los españoles en Holanda nos hemos convertido en masa. Es sorprendente la cantidad de españoles que viven es esta ciudad y la cantidad que sigue llegando con esperanzas de encontrar futuro. Muchos vienen sin tan siquiera saber inglés, cosa que dificulta mucho encontrar trabajo y la convivencia con la población de aquí.
Todo el mundo que sabe que me marché de España me pregunta si no me da pena estar tan lejos o si no echo de menos aquello. Pues la verdad es que sí lo echo mucho de menos; la familia, los amigos, la tortilla de patata de mi madre, el sol… Pero también hay muchas otras cosas que no echo de menos; el paro, la explotación laboral, la inseguridad económica, las interminables horas de trabajo… Holanda a mí me ha dado una valiosísima oportunidad que España no ha podido y eso se agradece.
Así que aquí estoy, viviendo en un país nuevo y entusiasmada por lo que está por venir. Lo que si tengo claro es que pase lo que pase en el futuro, no me voy a arrepentir nunca de haber tomado la decisión de lanzarme a la aventura y venirme para acá.
Muchas gracias por la sección que habéis abierto sobre expatriados. Leo los artículos cada semana y cuando las cosas no van como uno quiere ayuda mucho saber que otros pasan por situaciones similares.
Daniel Alberto. Economista
Yo estuve trabajando de expatriado cuatro años en Róterdam, como economista en administración. Me marché justo antes de la caída de Lehman Brothers. Desde 2008 pasé a ser para el país de expatriado de la soleada y próspera España, a lastimoso emigrante.
Mi experiencia, pese a algún inconveniente, ha sido muy buena. La causa es que fui con trabajo a una empresa donde podía trabajar en español e inglés. Soy economista.
Mi consejo es que no vaya todo tipo de profesionales: los ingenieros pueden conseguir muy buen sueldo y oportunidades. Para los economistas, si logras entrar en alguna multinacional donde valoren el español, les puede ir bastante bien. Arquitectos: si quieren coger experiencia, pese a largos días, alguna posibilidad de quedarse hay. Trabajos de baja cualificación, depende: operarios de puerto, genial (ganan bastante dinero y hay opciones); camareros, mal. Sanidad, imposible: piden holandés.
Consejo: aprender holandés sí pretendes quedarte y asumir impuestos y papeleos. Intentar buscar trabajo en empresas de origen español o latinoamericano. (Pemex, Abengoa, Petrobras, Repsol, Petróleos de Venezuela)
Por otro lado, para los universitarios, hay programas de graduados para recién licenciados en las grandes multinacionales (Shell, Unilever). A estos programas te puedes inscribir desde España, e ir a las entrevistas. Si accedes, son tres años asegurados, con un buen sueldo, y posibilidad de promoción casi segura, sumado a un horario de trabajo holandés (lo mejor del país).
Inés Vilches
Resido en Holanda desde hace más de cinco años. En los últimos años se aprecia que hay mucha gente que viene algo desesperada a buscarse la vida.
Los datos que tenéis no siempre son fiables, dado que el 70 % de la gente que viene no se registra en el Consulado. Conozco gente que vive aquí desde hace 10 años y sigue sin estar registrada.
Siendo extranjero, vivir fuera de Ámsterdam puede ser difícil. No todo es tan cosmopolita como lo pintan, ni ellos son tan abiertos de mente. Han hecho una campaña de márketing brutal desde los 70, que no siempre se corresponde con la realidad.
Para sobrevivir aquí hay cosas fundamentales: adaptarse a las costumbres, no compararlo todo con España (sobre todo las comidas), y estar dispuesto a aceptar comentarios directos, que no siempre es fácil digerirlos.
A cambio, yo pienso que hay oportunidades. Sobre todo para universitarios bien preparados con ganas de trabajar duro. Saber inglés abre puertas, pero a largo plazo el holandés es necesario.
Miriam Rodríguez
Vivo en Holanda desde el 2009. Quería informar de algo que no todo el mundo conoce aquí y es que si como expatriado cumples ciertos requisitos el gobierno holandés te devuelve el 30 % de los impuestos que has pagado. Para más información consultar en esta dirección.
Miriam Rodríguez.
Yo soy de Madrid, investigadora y estoy terminando mi doctorado en genética en la universidad de Wageningen (Holanda). Respecto a eso os mando un par de páginas interesantes, por ejemplo, para investigadores y académicos hay una página de búsqueda de empleo en Holanda en la que se pueden encontrar ofertas para hacer un doctorado (que está pertinentemente pagado y con contrato de trabajo estable durante todo el proceso, totalmente diferente de las condiciones españolas), contratos post doctorales o incluso plazas permanentes en universidad.
Es importante tener una cuenta en LinkedIn, aquí se utiliza mucho y muchas empresas miran los perfiles habitualmente e incluso se ponen en contacto contigo si les interesa tu perfil.
Además, en Facebook hay numerosos grupos de españoles en Holanda, donde se dan consejos, se responden consultas, etc.
Algunos ayuntamientos de ciudades holandesas antes cubrían los gastos de lo que se llama “Inburgering cursus” que es el curso que deben hacer los extracomunitarios que quieren obtener la residencia en Países Bajos, pero que en el caso de europeos se centra en un curso intensivo de holandés, hasta ahora la mayoría de los ayuntamientos cubrían los gastos de los europeos que solicitaban el curso. Los requisitos eran residir en Holanda, estudiar, trabajar o buscar trabajo activamente, asistir a un mínimo de 80 % de las clases y presentarse al examen nacional. Yo llevo casi un año de clases, en diciembre tendré el examen. Ahora, con la crisis ya no lo cubren, te lo tienes que pagar tú, pero al menos se trata del examen oficial.
En general aquí la gente es muy agradable y te ayudan bastante, no es realmente necesario hablar holandés ya que todo el mundo habla inglés. Para estudiar aquí un máster, por ejemplo, las clases se imparten las clases, se hacen exámenes y se entregan trabajos es inglés. Esta dirección es de mucha utilidad para resolver dudas.
También quería aprovechar esta oportunidad para informar de la situación real que se produce aquí, que es muy diferente de la que había en 2009 cuando yo vine. En este momento, Holanda está en un periodo de recesión severa que está afectando prácticamente a todos los sectores. Lo primero que se palpa en el ambiente es la disminución de ofertas de empleo. Los holandeses, llevados por las circunstancias, son cada vez menos exigentes a la hora de escoger el empleo, y eso era la baza de los extranjeros hasta ahora. En este momento es difícil encontrar un buen empleo en Holanda. Digo esto después de leer cosas como la noticia de los 128 españoles “tirados” en Alemania sin empleo. Es importante que la gente venga con un empleo ya desde España y no a la aventura. La vida aquí, como en casi todas partes, no es nada fácil cuando no tienes recursos.
José David Marcos Reina
Soy Licenciado en Filología Hispánica y he cursado el 1º Ciclo de Filosofía. Acabé con un 9 en mi evaluación final de carrera.
En cuanto terminé la Universidad me vine para Holanda. Tenía experiencia por haber estado anteriormente en Praga durante un año, así que traje conmigo idiomas, CV´s, y muchas ganas.
Empecé a trabajar en un Coffeeshop, uno de estos famosos lugares en los que se puede comprar y consumir marihuana. Al poco tiempo ascendí y me hicieron mánager del sitio que, por cierto, es uno de los más turísticos de toda Ámsterdam. Ahí se maneja una barbaridad de dinero y, evidentemente, mi aprendizaje ha sido inmenso.
He estado trabajando durante un año y tres meses, ahora vuelvo a España porque estoy más que harto de la mentalidad holandesa muy ligada al estoicismo monetario alemán. Aquí solo piensan en negocio, dinero, dinero y más dinero. La sociedad consumista que viene cuajándose desde los Estados Unidos, tiene como su ligazón europea a Ámsterdam, y lo evidencian los supermercados, la sociedad, la rapidez y el tumulto de unas calles que cada vez se hacen más pequeñas para poder albergar a más gente.
Tenemos una página web llamada en la que venimos, desde hace años, propulsando la cultura alternativa, en mi caso, este último año he abierto la sección “Historias de un Coffeeshop” que tuvo una genial acogida.
En fin, mi experiencia ha sido fabulosa y muy enriquecedora; en muy poco tiempo he podido inclusive aprender el idioma en su nivel básico. Tenemos mucho que aprender de la sociedad holandesa, al igual que tenemos mucho que enseñarles.
Paula Gallego
Soy Licenciada en Historia, tengo un máster en audiovisuales y hace prácticamente dos años que vivo en Ámsterdam. Ahora mismo trabajo para la empresa de sonido Dolby en el departamento de patentes. Venir aquí sin un grado de especialización o sin experiencia previa es un suicidio. O sin inglés. El inglés aquí no se valora, se da por entendido que se habla porque aquí hablan inglés hasta los niños pequeños. Yo tardé 3 meses en encontrar mi primer trabajo, y para eso sirvió sin duda que llevaba 10 años trabajando en España y que mi nivel de inglés es bueno. La mayor parte de los españoles que he conocido son gente que está estudiando el doctorado aquí y que posiblemente no vuelvan a España, ya sea porque se queden aquí a trabajar o porque les hayan ofrecido un trabajo en otro lugar. Sí, la fuga de cerebros se nota mucho. Pero también he visto gente de veintipocos años venir aquí justo después de haber terminado la carrera y sin buen nivel de inglés a buscarse la vida y ver que no han conseguido nada y se han tenido que volver sin dinero y totalmente decepcionados.
Comparar España con Holanda es una pérdida de tiempo. Yo no soy muy dada a la nostalgia, así que no echo de menos nada de allá. No me reúno prácticamente con españoles, no voy a las reuniones del 12 de octubre (sí, las hay; la gente se vuelve muy patriota cuando vive fuera del país) y no echo de menos la comida. En los supermercados encuentras los mismos productos que en España (igual no las mismas marcas) y con buena calidad: la fruta no es mala, la verdura tampoco. Sobre restaurantes, un hallazgo: como los holandeses no tienen cultura culinaria y han sido históricamente un país colonizador, han importado cocinas muy interesantes, como la surinamesa o la indonesia, que son producto nacional. Y como Ámsterdam es una ciudad cosmopolita, encuentras restaurantes de todo tipo.
En Ámsterdam la oferta cultural es inabarcable y está subvencionada y la noche es interesante. No en vano esta es tierra de house y festivales. Y el tiempo no es tan miserable como pudiera parecer. Sí, llueve más y hace más frío, pero me río yo de los veranos en Madrid, saliendo del trabajo a las 5 de la tarde en julio con 35 grados a la sombra.
¿Qué más? La sanidad está privatizada. Cada uno se la paga de su bolsillo y, ojo, es obligatorio pagar una compañía privada, si no, el estado te pone un multón. Hay que registrarse nada más llegar y tener piso y, sorpresa, al mes te llega una carta diciendo que tienes que pagar un impuesto (unos 350 euros en mi caso), simplemente por vivir en la ciudad, y otro mes más tarde llega otra carta diciendo que tienes que pagar otro impuesto, esta vez de agua. Los alquileres son más caros, las casas también. Pasta pasta pasta! Este país funciona mucho con dinero, te quita mucho, pero luego te lo devuelve con la declaración de la renta.
La experiencia que tengo yo es que en Holanda es todo un poco más fácil que en España, eso sí, una vez que tienes trabajo. La administración del estado ayuda más que pone trabas. Los impuestos son más altos, está claro, pero los sueldos se compensan. Puede haber sueldos más o menos altos, pero nunca injustos y esclavizantes. Las condiciones de trabajo son infinitamente mejores, se valora al empleado, el empleador lo respeta, y tienes tiempo para escribir cartas como esta en tu puesto laboral, y a nadie le importa. Eso sí, no hay festivos. Se trabaja hasta el 1 de mayo!
Pablo Muñoz
Yo aterricé en Holanda hace un año aproximadamente con la beca Erasmus Prácticas. Soy Licenciado en ADE por la Universidad Politécnica de Valencia, tengo 25 años y estoy muy contento de haber tenido la posibilidad de realizar esta práctica en un empresa industrial en la ciudad de Breda.
Antes de tomar la decisión de venir a Holanda ya tenía un trabajo más o menos fijo en Valencia, mi ciudad natal. Decidí venirme a Holanda porque creía que para mi carrera profesional iba a ser muy positivo, y así lo ha sido. La confianza en el trabajador, el trabajar por objetivos y una pirámide jerárquica lineal de las empresas hace que el trabajo diario sea muy ameno y tengas la oportunidad de crecer personal y profesionalmente.
El país tiene sus ventajas y sus inconvenientes, como en todos los sitios. Me gusta muchísimo la forma de ser de la gente, que no es tan diferente a la española: abierta, alegre, acogedora. Admiro lo avanzada que tienen la integración universitaria con las empresas, los programas de I+D, los carriles bicis, la tolerancia hacia los inmigrantes. No me gusta nada el sistema de salud que tienen, que es 100% privado y la atención es más bien precaria (por experiencia propia). Pero cuando ves en la prensa la corrupción que hay en España a todos los niveles y la impunidad de aquellos que la cometen y protegen, los recortes en los pilares básicos del sistema del bienestar, los niveles de pobreza que no paran de aumentar y que los que han provocado esta crisis no pagan por ello, me entra una rabia y una impotencia indescriptible. A pesar de sus inconvenientes es ahí cuando ves que países como Holanda están a años luz del nuestro.
No ha sido difícil adaptarme a esta cultura. Quizás si echo de menos el sol, pero sobre todo a mi familia y amigos. Sientes que te pierdes cosas cuando vuelves a casa y eso me entristece a veces. Me hubiera gustado que mi país me ofreciera oportunidades laborales a la altura de la quinta economía europea, pero las condiciones laborales son muy precarias. No tanto por el dinero, sino por la forma de trabajar de los “jefes”. Para mi entender no es constructiva. Se ve al trabajador como un pasivo y no como un activo.
No sé si me quedaré en Holanda, o me iré a otro país o volveré a España. Lo que sí sé, es que seguiré en casa. Porque ante todo me siento europeo y Europa es mi casa. Yo no me considero expatriado en ningún sentido. Quizás la crisis ha sido la causante que el día de mañana tenga un trabajo mejor por haberme obligado a salir de España. Aquí todos los jóvenes viven fuera una media de tres o cuatro años trabajando o estudiando y vuelven o no, pero no los consideran expatriados. A largo plazo, eso sí, sé que quiero volver a mi país.
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