Los integristas lefebvrianos acogen el funeral del nazi Priebke
Los ultraconservadores retan al Papa con unas exequias en Castel Gandolfo
La Vanguardia, , 16-10-2013Erich Priebke, el criminal de guerra nazi fallecido la semana pasada en Roma, sigue sembrando discordia. Su polémico funeral se celebró finalmente ayer, aunque no pudo concluirse debido al caos y a los altercados en el exterior. La ceremonia tuvo lugar en Albano Laziale, a una veintena de kilómetros de Roma y a tiro de piedra de Castel Gandolfo, la residencia estival de los papas.
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Protestas a la llegada del vehículo que transportaba el cadáver de Priebke a la iglesia lefebvriana de Albano Laziale, cerca de Roma
A Priebke le organizó las exequias la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, el grupo lefebvriano, católico integrista, conocido por sus ideas políticas ultraconservadoras y su antisemitismo.
En Albano causó desconcierto y consternación saber que el excapitán de las SS hitlerianas, condenado a cadena perpetua por la muerte de 335 personas en las Fosas Ardeatinas, en 1944, iba a ser honrado en su localidad. El alcalde, Nicola Marini, prohibió el paso del cortejo fúnebre, pero inmediatamente la orden fue revocada por el prefecto de la provincia. La capital se había sacado de encima el incómodo muerto y no quería una marcha atrás.
Hubo mucha tensión entre la policía, grupos de manifestantes opuestos al funeral y algunos neonazis. Se produjo forcejeo y golpes al vehículo que transportaba el féretro. Un cura lefebvriano casi fue agredido.
La misa debía oficiarse en latín, seña de identidad de los seguidores de Marcel Lefebvre, que con su gesto desafiaron de nuevo al Vaticano y al Papa, contrarios a un funeral público para Priebke. La Fraternidad San Pío X, que a punto estuvo de reconciliarse con el Vaticano gracias al acercamiento impulsado por Benedicto XVI, es de los grupos ultraconservadores a los que no gustan nada ni el estilo ni el mensaje de Francisco.
El sacerdote lefebvriano Floriano Abrahamowicz declaró en una entrevista radiofónica que “Priebke era un amigo y lo considero un cristiano católico, un soldado fiel y el único caso de inocente entre rejas”. Según el cura integrista, “es un escándalo cómo ha sido tratado en Italia”.
La ceremonia hubo de retrasarse. El cura la suspendió a medio oficio ante el bloqueo de la policía y el intento de algunos neonazis del grupo Militia de entrar en el templo. El cadáver debía volver a Roma por la noche para su cremación, pero el plan se cambió ante el problema de orden público.
Desde el fallecimiento del nazi Erich Priebke, que contaba 100 años y nunca se arrepintió de su conducta, su funeral fue objeto de agria controversia. Intervino el alcalde de Roma, Ignazio Marino, contrario a unas exequias en la ciudad víctima del exmilitar hitleriano. También se opuso el vicariato de Roma, dependiente del Papa, con el argumento de que a un pecador no arrepentido se le puede negar el funeral si la ceremonia causa un escándalo público.
Alemania se desentendió del caso. Y el Gobierno argentino se opuso al traslado del cadáver y al entierro en Bariloche, donde reposa la esposa y donde vive un hijo de Priebke, Jorge. Este, en tono provocador, propuso que a su padre lo enterraran en Israel. El hijo, a juzgar por sus declaraciones a la prensa, piensa lo mismo que su progenitor, quien dejó como legado una entrevista en la que negaba la existencia del holocausto y acusaba a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial de haber perpetrado una colosal falsificación histórica.
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