La casi diaria marea de cadáveres sobre su frontera más meridional, la isla de Lampedusa, ha empujado al Gobierno italiano a adoptar medidas drásticas. El primer ministro, Enrico Letta, anunció que, desde hoy, se pondrá en marcha una misión militar humanitaria de gran envergadura para socorrer a los inmigrantes y refugiados en el mar. Se triplicarán los medios aéreos y navales dedicados a estos menesteres.

Causó cierta sorpresa que Letta realizara un anuncio tan relevante en un foro no oficial como fue un coloquio, el sábado por la noche en Venecia, organizado por el diario La Repubbli

ca y con la presencia del presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz. El jefe del Gobierno italiano se congratuló de que los socios europeos se hayan sensibilizado sobre el tema y que lo hayan incluido en la cumbre finales de mes. Pero Letta indicó que Italia no puede esperar y, por tanto, lanzará desde ya la operación de vigilancia y socorro aeronaval “para hacer lo más segura posible la parte del Mediterráneo que en estos días se ha transformado en una tumba”.

“Gastaremos mucho dinero, triplicaremos las unidades navales y aéreas que trabajan ahora en el canal de Sicilia”, agregó el primer ministro. Su énfasis en el coste de la operación no fue casual. Sabe que puede ser una cuestión muy polémica en un momento en que su Gobierno, para cumplir con las exigencias europeas a nivel de cuentas públicas, debate subir impuestos.

Letta mostró sus dudas sobre la efectividad de Frontex, la agencia europea que se ocupa del control de inmigración, en especial por el hecho de que su sede se encuentre en Varsovia. Según el premier italiano, Frontex tendría que estar mucho más cerca de donde se produce la máxima presión migratoria y donde esta es más dramática. Letta cree que Frontex debería tener “un pie en el Mediterráneo”. También se mostró dispuesto a cambiar la actual ley de inmigración, la BossiFini, porque está desfasada y no se adapta al flujo de refugiados, sirios, eritreos y de otras nacionalidades, gente que huye mucho más por motivos de seguridad que económicos.

Según el Corriere della Sera, la reforzada misión aeronaval italiana podría utilizar los aviones no tripulados predator, los drones, dotados de cámaras y con gran autonomía de vuelo. También se están planteando hacer uso de los aviones de reconocimiento Atlantic que tienen su base en Sigonella (Sicilia).

Durante los últimos días, la Marina de guerra italiana ha aumentado ya su despliegue en el área denominada Hermes –de cuya vigilancia es responsable Roma–que se extiende a lo largo de la costa tunecina y la parte occidental de Libia. Se estudia añadir unas quince unidades navales para realizar esta labor, entre patrulleras y corbetas.

En Lampedusa, mientras, la emergencia no da descanso. Otros dos barcos con inmigrantes fueron socorridos a unas 60 millas al sur de la isla, mientras que los féretros de parte de los eritreos fallecidos en el naufragio del 3 de octubre fueron trasladados en ferry a Porto Empedocle, en Sicilia, sin que se sepa cómo ni cuándo se celebrarán los funerales de Estado que prometió Letta. El embarque de los féretros causó desconcierto entre los familiares, que no habían sido informados del traslado y querían saber qué víctimas se llevaban.

El alud de refugiados provoca tensiones no sólo en Lampedusa sino en otros centros de acogida. En Catania (Sicilia), se registró ayer una fuga masiva de refugiados sirios que estaban alojados en una instalación deportiva. Los sirios llegaron hace cinco días. Fueron rescatados por un mercante de bandera panameña. Los huidos saltaron las vallas y pidieron ayuda para dirigirse a la estación de tren, con el objetivo de llegar a los países del norte de Europa donde tienen familia.