pamplona. A las 9.30 horas de hoy viernes, 11 de octubre, está previsto que el joven marroquí M’hamed Ejjerf, de 27 años y colaborador del comedor social París 365, sea expulsado del territorio español y regrese en un vuelo relámpago a su país de origen, del que salió en 2007 en busca de un futuro mejor. En vano habrán sido los esfuerzos de la Fundación Gizakia Herritar y de la Fundación Varazdin para impedir este desenlace, incluidas una campaña de recogida de firmas en Internet y un contrato laboral de tres años de duración que podría haber servido para regularizar su situación.

La noticia llegaba ayer a Pamplona de boca del propio Moha, que telefoneaba a los miembros de la Fundación Gizakia Herritar, entidad que gestiona el comedor social, para comunicarles la ejecución de la orden que pesaba sobre él desde el año 2012, pero que tuvo su momento crítico el pasado 26 de septiembre, cuando era identificado en un control en la capital navarra y trasladado al Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche (Madrid).

Aunque el plazo estipulado para consumar la expulsión era de 60 días, lo cierto es que en tan solo dos semanas el Ministerio de Interior ha resuelto los trámites con Marruecos para comprobar la nacionalidad del joven y hacer efectiva la orden de expulsión dictada por la delegada del Gobierno en Navarra y después confirmada por las instancias judiciales.

La propia Carmen Alba había aceptado reunirse el próximo lunes por la tarde con representantes de la Fundación Gizakia Herritar para sondear las posibilidades de revertir la expulsión, aunque las expectativas al respecto eran “muy escasas o inexistentes”, según fuentes de la Delegación del Gobierno, que admitieron a última hora del día de ayer que desconocían que la orden de repatriación del joven marroquí fuese a ejecutarse hoy mismo.

M’hamed Ejjerf. Foto: d.n.