El número de valencianos que emigra ya iguala el récord de inmigrantes de 2008

Las Provincias, JUAN ANTONIO MARRAHÍ | VALENCIA., 11-10-2013

La inversión de los flujos migratorios en la Comunitat con su origen en la crisis económica ya se ha completado. Ya se marchan al extranjero tantos valencianos como inmigrantes llegaban hace cinco años, en 2008, el último de la época de entrada masiva de extranjeros en España en busca de trabajo. En un día como ayer, en el que la región celebró su día grande, 33.000 nacidos en la Comunitat se encontraban repartidos por el extranjero. Y otra cifra significativa: en los últimos cinco años, casi 270.000 valencianos han buscado fortuna fuera de nuestras fronteras, una cantidad equivalente a tres veces la población de Torrent.

Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, algo más de 64.000 extranjeros llegaban a la Comunitat en 2008, mientras que la cifra de valencianos que se marchaba a vivir fuera ascendía a casi 42.000. Ahora las tornas han cambiado. Las estadísticas de flujos migratorios en 2012 hablaban de más de 63.000 emigrantes valencianos frente a una llegada de poco más de 38.500 inmigrantes procedentes del extranjero.

Pero no todos los que se han marchado en este tiempo se han quedado. Los últimos datos del INE, correspondientes a enero de este año, hablan de 33.000 nacidos en la Comunitat que actualmente están empadronados en el extranjero. En un lustro, la población valenciana repartida por el planeta se ha incrementado en casi 4.500 personas.

¿Dónde están viviendo nuestros emigrantes? La inmensa mayoría, más de dos tercios, opta por países europeos. La vecina Francia es el lugar de destino por excelencia y ya acumula más de 10.000 residentes de origen valenciano. En segundo lugar aparece Reino Unido, donde ya residen casi 3.000 valencianos. En Alemania viven 2.700 nacidos en la Comunitat y en Suiza, algo más de 1.700.

Valencianos en América

Otra gran porción de emigrantes, unos 10.000, ha decidido hacer las Américas. Argentina cuenta ya con 2.200 valencianos entre sus gentes y Estados Unidos, con más de 1.800. Entre ellos está el valenciano David Martínez, director de Marketinghuman y premio nacional de marketing. El pasado mes de septiembre puso rumbo a Miami «en busca de nuevos mercados». Desde allí sigue gestionando su empresa.

Según un reciente informe del Observatorio Valenciano de la Inmigración que analiza los flujos migratorios y su relación con la crisis, la principal caída de extranjeros asentados en la Comunitat afecta a los inmigrantes de origen americano. En 2009 había 205.000 repartidos por las tres provincias y el año pasado 155.000, lo que supone una caída del 15%. Según los expertos, durante el tiempo de bonanza económica la mayoría de inmigrantes de esta nacionalidad encontró empleo en la construcción, pero el hundimiento del sector ha apartado a muchos de ellos de la Comunitat. Algunos han vuelto a su país de origen y otros se han desplazado dentro de España en busca del apoyo económico de otros familiares en capitales como Madrid o Barcelona.

Pese a la caída general de la llegada de inmigrantes en los últimos años, «ha crecido la presencia en la Comunitat de extranjeros procedentes de la Unión Europea y de otros países del continente». Pero donde se aprecia un verdadero fenómeno es en la entrada de ciudadanos de origen asiático, principalmente de origen chino. Según las cifras del observatorio, su presencia prácticamente se ha doblado, al pasar de los 23.000 que había en 2007 a los casi 40.000 que se contabilizaban ya el año pasado. Su habilidad en el sector industrial y comercial y su capacidad para organizarse en grupos familiares les ha permitido sortear los problemas de la crisis con trabajos en polígonos industriales, tiendas de multiprecio, electrónica restaurantes, cadenas de comida asiática, bares y pequeños comercios de alimentación.

De regreso a Bolivia

Martín ha tenido que regresar a Bolivia con las manos vacías. Hace siete años este padre de familia numerosa tomó la difícil decisión de dejar a su mujer y a sus cuatro hijos en su país natal y poner rumbo a la Comunitat en busca de un trabajo que le permitiera enviarle dinero a los suyos y sustentarlos desde la distancia.

Al principio logró empleo en la obra. Podía mandar 600 euros a su familia todos los meses. «Cada noche soñaba con el día en que pudiera traerlos», describe. Pero la crisis acabó con todas sus ilusiones. En 2010 perdió el empleo, dejó de enviar dinero y empezó a sobrevivir en casa de unos compatriotas, alimentándose gracias a una asociación de inmigrantes . Su resistencia llegó al límite a principios de 2013 y ha optado por volver a Bolivia. «Me siento frustrado. Feliz por reencontrarme con mi familia pero avergonzado por volver así», admite.

Las asociaciones de inmigrantes que trabajan en Valencia coinciden al apuntar que la mayoría de los que deciden volver a su país «son familias enteras». Se trata de padres que en su día se instalaron en la Comunitat, lograron traer a sus hijos con ellos y ahora, sin ningún ingreso, se han visto obligados a volver a casa sin nada. Aunque no todos regresan a su tierra. También hay quienes optan por probar suerte en otros países como Francia, Alemania, Bélgica y Holanda.

Según el Observatorio Valenciano de la Inmigración, entre 2009 y 2011 más de 2.600 extranjeros residentes en la Comunitat se han acogido a los planes de retorno voluntario.

Otros, como Alexandra Cilik, han capeado la crisis y siguen en España. Madre de dos hijos residentes en Ucrania llegó a Valencia a principios del milenio y recientemente ha logrado un contrato como empleada de hogar. «Me saco un sueldo de menos de 800 euros y con lo que aporta mi marido que trabaja en el campo vamos tirando», explica.

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