Una Unión ‘escéptica’

El Mundo, , 10-10-2013

En toda Europa hay una tendencia a considerar las elecciones europeas bien como una oportunidad para emitir un voto de protesta o bien como intrascendentes; de ahí la escasa participación. Esta combinación aumenta la probabilidad de que se elija a partidos populistas. Encuestas recientes muestran que UKIP en el Reino Unido, el Frente Nacional en Francia, el PVV en los Países Bajos y el Movimiento Cinco Estrellas en Italia podrían situarse en el primer puesto en sus respectivos países.

Muchos de estos partidos se diferencian de las corrientes políticas mayoritarias en sus respectivos países por ser ruidosamente críticos con la UE; en algunos casos, son partidarios de retirarse totalmente de la Unión, a pesar de que la oposición a la inmigración a gran escala es a menudo su punto fuerte en términos generales. Puede resultar difícil tratar de identificarlos en el espectro tradicional izquierda-derecha, ya que a menudo presentan características de ambos sectores. El Frente Nacional de Francia es de hecho sumamente proteccionista en lo económico, convencido, por ejemplo, de que la PAC [Política Agraria Común] no es nada generosa con los agricultores franceses, mientras que el UKIP quiere salir de la UE porque están convencidos de que coarta las posibilidades comerciales del Reino Unido. En Italia, Grillo alza su voz populista contra la austeridad impuesta por la UE pero no está contra la inmigración.

Mientras tanto, la izquierda tradicional se ha mostrado proclive a apoyar la integración europea como alternativa a las democracias nacionales, pero se opone a la UE en su formato actual, que considera un caballo de Troya de la economía liberal. Paralelamente, los países acreedores de la Eurozona han visto el surgimiento de nuevos partidos que no son contrarios a la UE en sí pero que se oponen a los rescates en la Eurozona y quieren poner límites a la condición de miembro de la Eurozona o recuperar las monedas nacionales, como es el caso de Alternative für Deutschland en Alemania.

Como consecuencia, la próxima Eurocámara podría contar con un número sin precedentes de diputados que rechazan la UE. Aunque por su diversidad es poco probable que actúen como bloque unificado y amenacen la gobernabilidad. El riesgo está en que entre las grandes corrientes de centroizquierda y centroderecha, que tienden a apoyar incondicionalmente mayores poderes a la UE, y los eurodiputados que rechazan la UE en su totalidad, las voces moderadas queden marginadas.

Pawel Swidlicki es analista de investigación de Open Europe.

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