La muerte del indigente polaco la semana pasada de bronconeumonía unas horas después de ser dado de alta en el Virgen del Rocío está levantando ampollas. econocido ya el cuerpo del chico y encontrada a su familia, el Juzgado de Instrucción 5de Sevilla está practicando ya diligencias por si se cometieron negligencias y se trató de un alta temeraria a tenor del lamentable estado de salud del joven Piotr Piskozub, que falleció el miércoles en el albergue municipal. A él fue derivado tras salir del hospital a las dos de la madrugada con sólo un par de horas de asistencia, desnutrido y con sólo 30 kilos de peso.

Pero, en paralelo, la Oficina del Defensor del Pueblo ha abierto una investigación general al servicio de Urgencias de ese hospital sevillano para comprobar qué tratamiento reciben las personas en exclusión y si éste es el adecuado o, sin embargo, se están dando altas temerarias sin que los pacientes reciban la atención requerida. Y es que se tiene constancia de varios casos similares, aunque sin un desenlace tan dramático como el de Piotr, afortunadamente.

De hecho, la Oficina del Defensor, que ahora lidera Jesús Maeztu, tiene recogida ya diversas quejas por hechos similares, con cuya base ahora se va a abrir una investigación global por el método de asistencia sanitaria en el Virgen del Rocío y también para revisar los dispositivos de asistencia social. Algo está fallando, desde luego, y en la Oficina del Defensor ya está sobre la mesa la denuncia por el «circuito anómalo» que siguen estas personas al derivarse lo que se consideran «casos sociales» desde la sanidad pública andaluza a las asistencias cuando muchas veces éstas no tienen medios para atenderlas.
Un discapacitado nigeriano

El Defensor tiene recogida quejas, según ha podido conocer este periódico, realmente sangrantes. Como la de un discapacitado nigeriano que fue dado de alta en cuestión de horas del Virgen del Rocío para que lo recogiese una organización no gubernamental. Entidad que comprobó sólo unas horas después que lo que en principio era una simple infección se había convertido prácticamente en una septicemia generalizada con importante peligro para su vida. Esa ONG se puso en marcha rápidamente y se presentó de nuevo en el hospital reclamando que ese hombre fuera atendido como debía.

El nigeriano fue ingresado en San Juan de Dios, donde se le cuida y se intenta que mejore su más que delicado estado de salud. La ONG en cuestión está a la espera de acontecimientos, pero de producirse un desgraciado desenlace, presentará una denuncia contra el Virgen del Rocío por negligencia de los médicos, ya que el estado de esta persona excluida es grave. Como el de este africano, la institución que gestiona Maeztu tiene recogidos varios casos más con personas de África o el este europeo.

También está recabando información al respecto la Asociación Pro Derechos Humanos en Andalucía por los casos que tiene registrados de una atención anómala en las Urgencias de los hospitales públicos sevillanos. Esta entidad, que coordina Maribel Mora y que ha enviado una queja a la Oficina del Defensor, está ultimando un inventario de casos para que se investigue «si se trata de un hecho aislado o, por el contrario, es ya una forma de actuación deshumanizada por parte del sistema sanitario». Mora explicó a ABC que pretenden que la investigación se haga también extensible a los servicios sociales municipales, «donde se ha recortado mucho en todo lo relativo a la atención específica a personas sin techo». Lo que «queda claro es que en los hospitales se está siguiendo un procedimiento para dar de alta a personas que no pueden estar sin médico pero que el sistema deriva porque los considera un problema social cuando, antes que nada, se trata de enfermos».

Pro Derechos Humanos indica que se tiene conocimiento «de casos como el del chico polaco, con el que todo falló, pero están produciéndose casos similares al suyo sin que acaben en una muerte pero que son también muy graves y que deben ser investigados. Eso y las deficiencias en los servicios sociales de los ayuntamientos». Entre estos enfermos que son dados de alta de manera sistemática están inmigrantes sin papeles pero también españoles en situación de exclusión, como personas sin casa, chabolistas o también «gorrillas». «Es un bucle y al final siempre pagan los mismos, desgraciadamente», señala Mora.
«Doble presión»

Desde el flanco de los facultativos, en el Sindicato Médico de Sevilla se explicaba ayer que, «independientemente de los pormenores de este caso desgraciado, que desconocemos», quienes tienen que atender a los pacientes están «doblemente presionados». Así lo detallaba Antonio Gutiérrez, presidente de ese sindicato, que señalaba que, por una parte, «no hay camas suficientes y el sistema está colapsado. Se deriva al paciente porque no hay sitio». Vistos algunos precedentes, se antoja que la situación de exclusión social es uno de los criterios que se usan para «derivar» dando esas altas arriesgadas. «Luego, por otra parte, está la presión de la falta de médicos en general. No hay efectivos y cada vez hay muchos más eventuales, con lo que quienes se quedan recogen más trabajo».