TRAS SU INGRESO en la prisión de palencia

El falso shaolín ya comparte módulo en la cárcel de Dueñas, pero bajo «estrecho marcaje»

Juan Carlos Aguilar, acusado del crimen de dos mujeres en Bilbao, ha salido del programa de prevención de suicidios y tres internos se reparten su vigilancia

El Correo, E. C. PALENCIA., 02-10-2013

Juan Carlos Aguilar, el falso shaolín recluido en la cárcel de Dueñas acusado del crimen de dos mujeres en Bilbao, ya no está incluido en el programa de prevención de suicidios del centro de La Moraleja y convive en un módulo con más de 70 internos, aunque sometido a un «estrecho marcaje», señala el director del penal, Javier Díez, que niega temer una posible venganza por parte de internos nigerianos, pues una de las mujeres presuntamente asesinadas por Aguilar procedía de este país africano.
«Este interno se encuentra en un departamento especial y no tiene relación con estos internos. Desde que ha venido a La Moraleja no ha dado ningún tipo de problemas. Lo hemos tenido en el programa de prevención de suicidios por el tipo de delito del que está acusado, pero no ha dado ningún problema y se está integrando perfectamente. Sí que tiene un marcaje más estrecho de los técnicos por su problemática especial», señala Díez, que incide en que el recluso no está aislado. «No está él solo, aunque sí en un módulo especial. Hace vida normal dentro de ese módulo, en el que hay más de setenta internos», incide.
La detención del ‘falso monje shaolín’ se produjo el pasado 2 de junio, cuando, alertada por una vecina, la Ertzaintza localizó en el gimnasio ZEN4 de Bilbao a Aguilar, mientras golpeaba salvajemente a la joven Maureen Ada Otuya, de origen nigeriana, a la que tenía atada a una silla. La joven, que se hallaba en estado de coma, falleció tres días después y los agentes localizaron en el gimnasio y en el domicilio del sospechoso el cuerpo descuartizado de Jenny Sofía Revollo, una mujer colombiana a la que supuestamente habría matado pocos días antes.
Juan Carlos Aguilar está en la prisión palentina de Dueñas desde el 12 de julio. Fue encerrado en una celda especial en el módulo de enfermería que se usa para aislar a los reclusos a los que se aplica el protocolo antisuicidios, donde sólo tenía contacto con algunos funcionarios. La dirección puso a Aguilar un preso de apoyo, una especie de interno de confianza que le vigilaba y controlaba. La tarea se la repartían tres reclusos, pero mientras en otras prisiones el preso de apoyo suele compartir la celda con el reo, en este caso no era así, ya que los tres internos estaban en un celda contigua a la de Aguilar y sólo tenían contacto con él le vigilaban a través de una ventana en las dos horas de patio.

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