MEJORAR la calidad de vida de la comunidad rumana que se asienta en chabolas construidas bajo la autovía del Urumea en terrenos de Astigarraga y Hernani. Ese es el objetivo social de los cursos Romi Etxea que están llevando a cabo en la zona ambos Ayuntamientos, la asociación de arquitectos Ekian y el grupo de mujeres gitanas y payas Romi Bidean y que sirven para aprender a construir viviendas biosostenibles y de bajo coste.

En total se impartirán dos cursos. En el primero de ellos, que ha arrancado esta semana, participan más de 30 personas, la mayoría vecinos de Hernani, Astigarraga, Donostia y algunos rumanos. Están construyendo un local hexagonal que servirá como sala polivalente donde los gitanos se puedan reunir o donde los niños puedan estudiar, hacer los deberes y jugar cuando haga mal tiempo. Cerca de esa edificación, en la que se han empleado madera y neumáticos usados, está proyectado un urinario ecológico seco y también se han colocado los cimientos de un prototipo de vivienda que será utilizada como oficina para llevar a cabo las entrevistas con las diferentes familias.

En una visita a los trabajos que varios de los organizadores realizaron ayer, el alcalde de Astigarraga, Andoni Gartzia, explicó que el objetivo del proyecto Romi Etxea es proveer a los rumanos de los conocimientos teóricos necesarios para que puedan autoconstruir ellos mismos unas viviendas dignas. “Para ello queremos enseñarles a utilizar materiales que pueden encontrar fácilmente y con un coste muy pequeño como son el barro, la paja o la madera”, señaló. El primer edil aseguró que esta experiencia está siendo muy positiva.

La misma impresión comparte el rumano y participante en los cursos Petre Craliun, quien lleva año y medio viviendo en el asentamiento de Astigarraga. “Todos queremos trabajar y vivir mejor. No todos los rumanos son malos ni roban, también los hay que son buenos”, apuntó.

Estos cursos coinciden con las obras del TAV que va a obligar a los rumanos a desplazar su asentamiento unos metros, hacia el límite con Hernani, por lo que los impulsores del programa creen que es un momento propicio para que las próximas chabolas o casas de los rumanos se construyan siguiendo las pautas de la bioarquitectura. No obstante, el nuevo poblado que se levante en esta zona tiene fecha de caducidad, ya que con los rumanos se ha llegado a un acuerdo de que para mayo de 2017 tienen que desmantelarlo para integrarse en la sociedad y conseguir unas viviendas dignas. De las 101 familias rumanas que viven en la zona, una de ellas ya ha dado este paso gracias a Cáritas.

AVISO POR ZONA INUNDABLE No todos ven este programa con buenos ojos. En este sentido, el juntero del PP de Gipuzkoa Txema Murguiondo afirmó ayer que “Bildu financia cursillos de chabolismo a costa de los guipuzcoanos” tras conocer que subvencionará cursos de autoconstrucción para la comunidad rumana asentada alrededor de Astigarraga. “En lugar de acabar con el chabolismo y con los asentamientos ilegales y las pésimas condiciones de vida de quienes viven en ellos, Bildu nos presenta un modelo de inserción social que lejos de erradicarlos, fomenta esos guetos”, criticó. “Dudamos mucho de que una política social basada en enseñar a construir casas de paja, madera y barro contribuya a la integración de los colectivos más desfavorecidos. Por el contrario es un acicate para que continúen aislados y posponer su integración”.

Por otro lado, la agencia del agua URA se ha puesto en contacto con los ayuntamientos para advertir que el lugar donde se están construyendo las nuevas chabolas es una zona inundable.

El alcalde de Astigarraga aclaró, por su parte, que “prácticamente el 100% del gasto de los cursos se financia con la matrícula (que ronda los 300 euros) que han pagado los alumnos”. El próximo domingo se llevará a cabo una jornada de puertas abiertas para que los ciudadanos conozcan las construcciones que se están levantando en el solar situado junto al barrio de Ergobia.