Llegó a Sevilla cuando la crisis económica había hecho nada más que comenzar, allá por 2009. Pero Jaime Sepúlveda, colombiano de 43 años, traía lo más importante: le sobraban ganas e ilusión. Uno de sus mayores deseos era comenzar una vida nueva y comprarse una casa junto a su esposa, con la que también vino pero el destino quiso que se separaran una vez aquí. Aunque confiesa que el principal motor de esta aventura, era su madre, que sigue en Colombia. Está enferma y necesita reunir dinero para una operación. Pero no pudo ser. Jaime, tras mucho sopesarlo ha decidido regresar a su país, un regreso que será tramitado por Cruz Roja a través de su programa de retorno voluntario a través del cual ya ha retornado a 200 inmigrantes desde 2010. Aunque tanto para él como para muchos otros compatriotas suyos, volver es un fracaso, Javier mira con optimismo su futuro: «uno tiene que aceptar lo que se le presenta en la vida de la mejor forma posible».

Durante el tiempo que ha estado en Sevilla ha trabajado de «todo lo que me salía» y después de conseguir «con mucho esfuerzo» un permiso de residencia, el requisito legal que le pedían en las empresas. Desde vigilante de seguridad, jardinero, pintor o cualquier otro «chapú» que le salía. Todo por perseguir su sueño. Atrás dejó a su familia y a un hijo que todavía no conoce. «Tiene cuatro años y estoy ansioso por verlo y abrazarlo; sólo lo conozco por fotos y por internet», asegura emocionado. Pero es que, aún así, Jaime sigue sonriendo a la vida y dando gracias porque su solicitud de regreso a Colombia ha sido aceptada. Toda una lección de la que muchos deberían aprender.

Su historia es una de tantas. Son muchos los que deciden retornar a su país de origen debido a la crisis económica y a la falta de trabajo. De hecho, es la primera vez desde 1996 que Sevilla comienza a perder población inmigrantes , según los datos del padrón. «Aquí tengo familia pero están igual o peor que yo, ¿a quién le voy a pedir yo ayuda?», reflexiona. Jaime se plantea una vez más, empezar una nueva vida. Ésta vez cerca de su familia, en su Colombia natal, aprovechando las oportunidades laborales que están surgiendo en este país. Y en su maleta lleva lo más importante, ilusión y ganas de empezar de cero.