Sociedad
Los riesgos de bañarse en pantanos o embalses
La apariencia de tranquilidad de estas aguas resulta engañosa y puede ocultar corrientes o desniveles
ABC, , 21-08-2013Año trágico en el agua dulce de nuestro país. Las últimas víctimas que se ha cobrado han sido las dos pequeñas ecuatorianas que se ahogaron en el embalse de Valmayor, en El Escorial este fin de semana. El número de fallecidos en el agua bate récords sin que nadie sea capaz de dar una explicación al respecto.
El ahogamiento se produce de forma rápida y silenciosa, la mayoría de las veces la víctima se perdió de vista solo unos minutos y un bebé puede ahogarse en apenas 30 centímetros de profundidad.
El Ministerio de Sanidad ha dado la voz de alarma ante esta situación. La directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, ha pedido a los bañistas que hagan caso a las recomendaciones de los socorristas y a las señalizaciones que delimitan las zonas habilitadas para el baño.
«En estos momentos, es esencial que recordemos las medidas de seguridad para que el agua sea un elemento de disfrute, no un problema», ha subrayado la responsable de Salud Pública, quien ha hecho hincapié en las conductas que se deben seguir para evitar los peligros que se pueden encontrar durante el baño.
Es importante, ha reiterado, bañarse en aguas correctamente señalizadas, permitidas y preparadas para el baño, en las que se vea bien el fondo para conocer bien la profundidad. Algo que puede ser especialmente problemático en el caso del agua dulce. Donde su apariencia tranquila resulta engañosa y puede ocultar movimiento bajo la superficie o cambios de profundidad importantes.
Esto es lo que ocurrió a las dos niñas ecuatorianas. Tal y como revelaron sus familiares, de origen ecuatoriano, las chicas, que eran primas, no sabían nadar y les habían advertido de que no se metieran en el agua. Según las primeras pesquisas las jóvenes se encontraban sentadas a unos centímetros del agua, en una zona de bañistas, a pesar de que en este embalse está prohibido el baño. Una entró en el agua y rápidamente quedó sumergida porque muy cerca de la orilla hay un desnivel de varios metros de profundidad, que no se percibe por el fango que lo recubre. Entonces, la otra niña fue en su socorro pero ambas quedaron atrapadas y fallecieron ahogadas. Más tarde fueron arrastradas por la corriente, ya que los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil las encontraron a 10 metros de la orilla.
Precisamente las corrientes son otros de los problemas de estas masas acuáticas. Según explican expertos en ecología de la Universidad Complutense de Madrid lo normal es que el agua se «nivele» según su temperatura y la más cálida tienda a colocarse en la superficie y la más fría en el fondo. Pero si ese agua caliente entra en contacto con una masa de aire frío lo normal será que tienda a desplazarse hacia abajo, generando corrientes internas invisibles para el bañista desprevenido que lo arrastren hacia el fondo.
Bañarse solo en las zonas permitidas
Mercedes Vinuesa ha recordado también la importancia de bañarse sólo en zonas permitidas y habilitadas y vigiladas por socorristas. «Los ayuntamientos y las comunidades autónomas señalizan y marcan las aguas tanto de las playas como de los pantanos y ríos, y es muy importante que hagamos caso de estas señalizaciones que están para ayudarnos y para que el agua sea un elemento de disfrute», ha insistido la representante de Sanidad.
Además si la zona es poco profunda y uno se tira de cabeza se corre el riesgo de sufrir traumatismos craneales graves o lesiones medulares, que en la mayoría de los casos afectan a la región cervical de la columna y pueden producir tetraplejia.
Por eso, es importante también para la seguridad en el agua no hacer zambullidas desde un balcón o una zona especialmente alta, ni bañarse por la noche o después de haber bebido alcohol, ya que además disminuye la capacidad de reacción ante un peligro.
Es conveniente, también, que el baño se produzca con la presencia de otra personas «para que cualquier eventualidad que suceda podamos hacer frente a ella con la ayuda del otro bañista que nos acompañe».
Niños y familia, cautela extra
Son necesarias más prevenciones en caso de que haya pequeños al cargo. En el caso de los niños es aconsejable que se utilicen chalecos salvavidas si no saben nadar, que no usen nunca el flotador hinchable y estén vigilados en todo momento.
En la guía de Sanidad para que las familias disfruten del agua, que se puede consultar en la web del Ministerio, se incide también en que se evite el baño en ríos, lagos o pantanos que no se conozcan, porque aunque parezcan tranquilos puede haber corrientes internas, algas y otras plantas acuáticas y puede ser peligroso.
Se hace hincapié, además, en el respeto a las indicaciones de las banderas en el mar, aunque esté en calma: verde significa baño sin peligro; amarilla, peligroso, bañarse sólo hasta la cintura y con precaución, y roja, prohibición.
«Hay que hacer caso de estas señalizaciones porque no son gratuitas y son muy importantes para que mantengamos el agua como una actividad de disfrute, que es lo que tiene que ser», ha concluido.
Cifras
Todavía no existen datos finales de el verano del 2013 aunque todo apunta a que va a ser uno de los peores en muertes por ahogamiento. En lo que llevamos de año han muerto ahogadas 113 personas y solo 53 en el mes de julio.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2011 fallecieron en España 473 personas (373 hombres y 100 mujeres) a consecuencia de lesiones graves ocurridas en un entorno acuático.
La principal causa de muerte fueron los ahogamientos por sumersión accidental (461), de los que el 45 % ocurrieron en personas de menos de 50 años. El rango de edad con mayor número de fallecidos por ahogamiento accidental es el de 50-69 años (112 hombres y 20 mujeres).
Otras 535 personas se encontraron en situación de riesgo de sufrir un ahogamiento y pudieron ser rescatadas con vida así como hospitalizadas. De ellas, 147 fueron menores de 9 años (82 niños y 65 niñas).
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