Tras años en los que las mafias ampliaron sus rutas de acceso a España al mar de Alborán o Canarias, este verano el Estrecho se ha vuelto a convertir en la ruta preferente de la inmigración irregular. Según los datos de Salvamento Marítimo, a lo largo de 2013 han llegado en patera 1.083 personas, un 12 % menos de simpapeles que en el mismo período del año anterior. Sin embargo, Tarifa ha registrado un incremento del 293 %.

Este resurgimiento de la inmigración ilegal se explica en parte por el reforzamiento de la vigilancia en el resto de rutas. Si bien la zona de Gibraltar también se encuentra muy controlada, no deja de ser el camino más corto entre África y Europa: una travesía marítima de 14,4 kilómetros.

Otro de los aspectos que ha cambiado en comparación a años precedentes es el uso de lanchas de goma de recreo. Estas, además de ser más baratas, son más pequeñas que las clásicas pateras y, por tanto, más difíciles de detectar. Aunque también más frágiles si cabe. La preocupación por los riesgos que corren los inmigrantes al utilizar estas lanchas incluso ha llegado a Bruselas, tal como comentaba hace unos días el director adjunto de la Agencia de Control de Fronteras Exteriores de la UE (Frontex), Gil Arias, a la agencia de noticias Efe, a quienes declaró que esta situación era motivo de «alarma» tanto para España, como para la Unión Europea.

Este gran incremento de personas intentando entrar irregularmente en España a través de aguas del Estrecho, especialmente álgido estos últimos días ?desde el pasado sábado hasta el viernes 329 inmigrantes de origen subsahariano fueron rescatados? se vio frenado súbitamente durante la jornada de ayer, cuando ningún inmigrante fue interceptado por las autoridades españolas.

A pesar de la nula actividad en el Estrecho, una persona de origen magrebí tuvo que ser rescatada en aguas del puerto de Almería después de haber saltado del buque en el que viajaba como polizón. Según fuentes de Salvamento Marítimo, el hombre se encuentra «en buen estado de salud».