BILBAO. El coordinador del Observatorio Vasco de la Inmigración – Ikuspegi, Gorka Moreno, cree que los vascos son “ambivalentes” respecto a los inmigrantes: los toleran y no les hacen el “chivo expiatorio” de la crisis, pero quieren límites para los irregulares. En una entrevista con Efe, Moreno repasa la situación de la población extranjera que vive en Euskadi, que ha bajado por primera vez en quince años en 3.729 personas. Este descenso, según Moreno, no quiere decir que se dé un retorno masivo de inmigrantes: “Hay población extranjera que se está yendo, pero me atrevería a decir que no son muchos”.

En estas cifras de bajada de extranjeros hay un factor legal: muchos inmigrantes, sobre todo latinoamericanos, acceden a la nacionalidad española, pasan a ser españoles y ya no cuentan como extranjeros. Pero sí hay algunos que retornan a sus países de origen. ¿Quiénes? “Sobre todo población latinoamericana, también porque son muchos los que tienen ya la nacionalidad española y por lo tanto pueden volver [al Estado español] cuando quieran”. Están volviendo a sus países ecuatorianos, porque en Ecuador hay un crecimiento económico fuerte, o marroquíes por la cercanía.

Supervivencia También se practican “estrategias de supervivencia”: por ejemplo – detallaba Moreno – , mandar a la familia al país de origen y “quedarse el padre apañándoselas”, algo que realizan muchos marroquíes, o “procesos circulares”, de pasar unas temporadas en su país y otras en el Estado español, sobre todo, entre rumanos. Pero no se dan grandes cifras de regreso, porque al final, la situación en sus países de origen tampoco es mejor que la de Euskadi, porque han echado raíces, los hijos son de aquí, o por las hipotecas, que atan muchísimo.

“La inmensa mayoría lo que buscan es resistir. Más bien están como todos, esperando a que escampe. Con lo que cuesta el proceso de llegada e integración no es fácil volver al país de origen. Retornos se están dando, pero no de forma masiva”, resume Moreno. Intentan aguantar a pesar de que la crisis afecta mucho más a la población extranjera que a la autóctona: “Sus tasas de desempleo han aumentado mucho más, la construcción era un nicho para la población inmigrante y se ha derrumbado”. Primero ahorraron: el gasto entre la población autóctona disminuyó entre 2007 y 2010 en unos mil y dos mil euros anuales por persona, mientras que entre los inmigrantes el descenso fue de entre cuatro y cinco mil euros.

Pero la persistencia de la crisis ha llevado a que el colectivo de inmigrantes sufra unas tasas de pobreza mucho mayores que la población autóctona. “La pobreza en el País Vasco en una pobreza inmigrante. La tasa de pobreza entre la población inmigrante es de un tercio, cuando entre la autóctona es de un cinco por ciento; prácticamente, no hay pobres autóctonos”, concluía en este sentido Moreno.