El «temor» a los radares SIVE desvía el tráfico de pateras lejos de Alicante

La presencia del sistema de vigilancia, a pesar de sus fallos en los últimos años, disuade a las mafias de la inmigración ilegal de enviar cayucos a la Comunidad

El País, IVÁN J. MUÑOZ, 22-07-2013

Casi cuatro años después de su puesta en marcha en la provincia de Alicante, el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) comienza a dar sus frutos. Los radares situados en Cabo Roig, Santa Pola, Benidorm y Denia ejercen por fin el efecto disuasorio para el que fueron instalados, y han reducido considerablemente la llegada de pateras y la introducción de alijos de drogas.

Así lo afirman fuentes de la Asociación Nueva Coproper (ANC) de Guardias Civiles, quienes destacan que en los últimos meses no se haya producido ningún avistamiento de lanchas ni otro tipo de embarcaciones tripuladas por inmigrantes o narcotraficantes. Según el sindicato, las noticias a los puntos de partida elegidos por los que se lanzan a la peligrosa tarea de alcanzar por mar las costas europeas suelen tardar en llegar, pero las mafias terminan por conocer la existencia de este tipo de tecnología y eligen otras rutas de entrada.

La última patera de la que se tiene conocimiento en Alicante data de octubre de 2012, cuando una barca con 14 varones a bordo fue avistada frente a las costas de Santa Pola. La carencia de cayucos llama la atención, dado que en la última semana se ha producido una oleada de detenciones en aguas del Estrecho debido al intento por parte de decenas de africanos de alcanzar las costas andaluzas.
8,3 millones de euros

Como ocurriera en el pasado otoño, estos movimientos suelen coincidir con avistamientos e intervenciones en los puntos más meridionales de la Comunidad Valenciana, pero esta vez no ha sido así. Como explicación, los especialistas señalan tanto el buen funcionamiento de los radares SIVE como la difusión de las noticias sobre su existencia.

Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Lograr que los radares funcionen correctamente tanto desde el punto de vista técnico como humano ha llevado su tiempo. Sólo unos meses después de su instalación, un informe elaborado por el Ministerio de Interior reconocía la existencia de averías en los cuatro radares que comenzaron a funcionar en la región en octubre de 2009. Es más, el de Benidorm tiene una zona de «sombra» donde no detecta nada por la presencia del Peñón de Ifach. Hasta la fecha, el SIVE solo ha «cazado» una de las pateras que han llegado a la región desde que se instalaron. Casi cuatro años después, parece que se ha conseguido pulir los fallos que pudieran existir y optimizar su uso para justificar una inversión que alcanzó los 8,3 millones de euros.

Mientras, los habitantes de tierras africanas que intentan llegar a las costas españolas por mar de manera ilegal pagan un alto precio por semejante osadía. A veces, incluso la vida. Pero tanto si lo logran como si no, habrán realizado una inversión que asegurará su esclavización durante un tiempo considerable. Hasta 4.000 euros llegan a pedir las mafias a los inmigrantes para facilitar su acercamiento a las costas alicantinas, tal como informó ABC el año pasado. Así lo reconocieron a miembros del servicio de vigilancia marítima algunos de los inmigrantes rescatados a pocas millas de Santa Pola en 2012, poco después de que su patera fuera avistada por un mercante. Es la cantidad que piden las mafias a cambio de un soporte logístico que, sin embargo, deja mucho que desear y no cumple con lo prometido en un primer momento.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)