La instrucción desarrollada por la Ertzaintza en el caso del falso maestro shaolín concluyó que hubo sólo dos víctimas mortales pero, según ha avanzado la asociación Clara Campoamor, “ahora habrá que investigar si el presunto autor de esas muertes pudo cometer otros delitos”.

La abogada de esa asociación, Maite Iturrate, ha explicado en declaraciones a Efe, que ejercerá la acusación popular en este procedimiento que se sigue en el juzgado de Instrucción número 3 de Bilbao, donde la jueza ordenó ayer que se levantara el secreto sumarial.

Iturrate ha explicado que ese sumario consta ya de más de 500 folios y que incluye numerosos vídeos y fotografías que la Ertzaintza se incautó en los registros del gimnasio de la calle Máximo Aguirre de Bilbao que regentaba Juan Carlos Aguilar, el presunto asesino de la colombiana Jenny Sofía Revollo y la nigeriana Maureen Ada Otuya.

En esas escenas, aparece Aguilar junto a las fallecidas y, en concreto, hay fotos donde se aprecia el cuerpo de Jenny “que podría estar dormida, inconscientes o ya muerta”, junto el procesado y además una de sus parejas con los ojos tapados, ha detallado.

Entre el material incautado, hay también imágenes de otras mujeres, muchas que se han identificado como prostitutas, que parecen “estar dormidas o inconscientes” y la Ertzaintza ha comprobado ya “que se encuentran bien”.

Conocido el contenido del sumario, ahora las partes podrán pedir que se cite a declarar a las mujeres que aparecen en esas imágenes “para poder saber, por ejemplo, si las relaciones sexuales” que mantuvo el procesado “fueron consentidas o usó la violencia, o si amenazó a esas mujeres”, o si fueron informadas de que se les estaba grabando.

Iturrate ha indicado que las escenas sexuales que protagoniza Aguilar “pueden parecer extrañas”, pero “cada cual es libre de hacer en su intimidad lo que considere oportuno, salvo si es delito” y por ello, Clara Campoamor tratará ahora de averiguar si las mujeres que ya están muertas fueron además víctimas de otro tipo delitos.

Según ha letrada, el falso monje budista “será condenado seguro” por las muertes de Jenny Sofía y de Ada, al margen de que la defensa pueda alegar que Aguilar tenía sus facultades alteradas por un tumor cerebral.

Así, ha expresado su convencimiento de que la condena será por asesinato ya que “Aguilar fue pillado ‘in fraganti’ por la Ertzaintza, cuando estaba lleno de sangre” mientras torturaba a la mujer nigeriana, que días después falleció en el Hospital de Basurto.

“Se ensañó con Ada y le causó un sufrimiento innecesario” ya que, como aparece en el informe de la autopsia, le retuvo maniatada con bridas y atada con una cuerda y esparadrapo en el cuello; le propinó numerosos golpes y le causó hematomas en todo el cuerpo, lesiones que, finalmente, le provocaron la muerte.

Respecto a la otra fallecida, la Ertzaintza ha detallado en su informe remitido a la juez que fue “asesinada y descuartizada” y que Aguilar ocultó sus restos repartiéndolos en bolsas de plástico que ocultó en las instalaciones del gimnasio bajo un falso techo y que también llevó parte del cadáver a su propio domicilio", ha indicado la abogada.