Bilbao
La instrucción del caso descarta que haya más víctimas del falso maestro shaolín
La jueza instructora levantó ayer el secreto sumarial Todas las mujeres de las fotos y grabaciones halladas en el gimnasio "se encuentran bien"
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 17-07-2013Bilbao. El caso del falso maestro shaolín ha dado un nuevo paso adelante. La instrucción, que desarrollan los mejores especialistas en investigación de la Ertzaintza, ha descartado por completo que haya más víctimas mortales, a excepción de la colombiana Jenny Sofía Revollo, de 40 años, y de la nigeriana Ada Otuya, de 29 años. De este modo, la investigación policial se centra única y exclusivamente en estas dos muertes y descarta nuevas víctimas. Al menos eso es lo que afirman los numerosos autos judiciales que conforman el caso. Este diario tuvo acceso a esta información ayer después de que la jueza titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Bilbao, encargado de la investigación, decretara el levantamiento del secreto sumarial; un férreo control designado por la magistrada de la instrucción que se implantó con la intención de evitar filtraciones a los medios de comunicación.
Los crímenes del centro de artes marciales Zen4 salieron a la luz el pasado mes de junio de forma fortuita cuando dos ciudadanos dieron la voz de alarma después de haber presenciado cómo un hombre, al parecer Juan Carlos Aguilar, introducía a la fuerza a una mujer en el interior del gimnasio ubicado en el número 12 de la calle Máximo Aguirre. Se trataba de Ada Otuya, de 29 años, a quien los agentes de la Er-tzaintza encontraron prácticamente muerta como consecuencia de los golpes recibidos, maniatada con bridas y con una cinta en el cuello. Junto a ella, hallaron al ahora detenido de pie, con el torso desnudo y con las manos ensangrentadas.
Desde que salió a la luz, este caso ha sobrecogido a la opinión pública como consecuencia de la aparición de nuevas evidencias que llevaron a los agentes que participan en la investigación a creer que el detenido era, presuntamente, un posible asesino en serie.
No en vano, en el registro posterior a la localización de Ada, la Policía vasca encontró un total de seis bolsas de plástico que contenían restos humanos en su interior; unos restos que pertenecían a Jenny Sofía Revollo, a la que al parecer mataron y descuartizaron en ese mismo lugar a comienzos de junio.
La Ertzaintza comenzó entonces un exhaustivo registro en el gimnasio durante el cual desmontaron literalmente el centro de artes marciales para hallar cualquier pista o resquicio que evidenciara la existencia de más víctimas. Los investigadores protagonizaron una semana de inspecciones, no solo en el gimnasio, también en el vehículo del detenido y en su vivienda de la calle Iturriza en busca de pruebas. Precisamente, tanto en el piso como en el gimnasio de Aguilar, los agentes localizaron un número importante de imágenes y grabaciones de otras mujeres. Según fuentes consultadas por este periódico se trata de imágenes “desagradables” con un “alto contenido violento y sexual”. Si bien, estas mismas fuentes aseguran que la investigación ha permitido localizar a todas las mujeres que aparecían en las imágenes y que “todas se encuentran bien”. “No hay indicios de que pueda haber más víctimas”, sostuvieron dichas fuentes.
Es por ello que la instrucción ha descartado la existencia de otras muertes a manos del detenido aparte de las de Jenny y Ada, en las que existen indicios de la presunta participación del detenido.
las claves
Juan Carlos Aguilar se negó a colaborar con los médicos forenses de la Audiencia de Bizkaia en su evaluación psicológica por tratarse de “un complot” contra su persona, según especificó. Según ha podido confirmar este periódico, el denominado falso monje shaolín no quiso participar en la evaluación psicológica que los médicos forenses debían realizar al detenido por la muerte violenta de dos mujeres en Bilbao. El examen de su estado mental estaba motivado por la investigación del caso que se lleva a cabo en el Juzgado de Instrucción número tres de Bilbao. La intención del informe forense no era otra que determinar si el detenido se encuentra en plenas facultades mentales o padece algún tipo de enfermedad o trastorno que altere su percepción de la realidad o de los actos que presuntamente cometió. El detenido rehusó participar en el examen psicológico por considerarlo una maniobra conspiratoria contra él. Esta no es la primera negativa de Aguilar a lo largo de la instrucción del caso. El falso monje shaolín se acogió a su derecho a no declarar contra sí mismo en la segunda comparecencia. Sin embargo, sí que declaró en su primera comparecencia en sede judicial.
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