Gesto histórico del Papa en apoyo de los inmigrantes de las pateras

Francisco va a Lampedusa “para despertar conciencias” ante el drama humano

La Vanguardia, EUSEBIO VALRoma. Corresponsal, 09-07-2013

El papa Francisco vuela a Lampedusa, una de las puertas de entrada a Europa de la inmigración africana, para “despertar conciencias” sobre las frecuentes tragedias que provoca este flujo humano.
Francisco predica con el ejemplo. El Papa, que tanto habla de llevar el mensaje del Evangelio a “las periferias existenciales”, a los entornos sociales más difíciles, realizó ayer un gesto histórico, sin precedentes. Jorge Mario Bergoglio voló a la diminuta isla italiana de Lampedusa, una de las puertas de entrada a Europa de la inmigración más desesperada procedente de África, para hacer un llamamiento a la solidaridad y “despertar conciencias” sobre las frecuentes tragedias que provoca este flujo humano.
ALESSANDRA TARANTINO / AFP
El papa Francisco saluda a unos inmigrantes durante su visita a la isla de Lampedusa
El Sumo Pontífice quiso que su visita a Lampedusa fuera discreta, de bajo perfil, sin alardes logísticos ni presencia de altas autoridades. Se desplazó desde Roma en un avión oficial italiano y, nada más aterrizar, embarcó en una patrullera de la Guardia Costera, como las que suelen rescatar casi a diario a inmigrantes a la deriva. Desde Cala Pisana, cerca del aeropuerto, la patrullera, escoltada por embarcaciones de pescadores, hizo el breve recorrido hasta el puerto de la isla. En el camino, el Papa lanzó al mar una corona de crisantemos blancos y amarillos en homenaje a los miles de inmigrantes –se desconoce el número exacto– que han muerto en los últimos años en su sueño truncado hacia la libertad, la seguridad y el bienestar.
Francisco saludó a inmigrantes que viven en el centro de acogida, a la alcaldesa y al párroco de la isla, Stefano Nastasi, un hombre muy comprometido con los inmigrantes y que invitó al Papa a que acudiera a la isla.
El Sumo Pontífice celebró una misa de penitencia en un estadio deportivo, desde el que se veían los esqueletos, amontonados, de muchas pateras. El púlpito usado por Francisco y otros elementos para la misa estaban construidos de fragmentos de barcas.
Francisco agradeció a los lampedusanos su “coraje de acoger a quienes buscan una vida mejor”. El Papa admitió que fue una noticia sobre un reciente naufragio lo que le impulsó a visitar Lampedusa, “a rezar, a realizar un gesto de solidaridad y también a despertar vuestras conciencias para que lo que ha ocurrido no se repita”. “¡Para que no se repita, por favor!”, insistió Francisco.
Jorge Mario Bergoglio reflexionó, en tono crítico, sobre “la cultura del bienestar” que nos hace vivir en una burbuja de jabón y nos convierte en “insensibles” ante los sufrimientos ajenos. El Papa se valió del ejemplo literario de Fuenteovejuna, la obra de Lope de Vega, para denunciar la “indiferencia hacia los otros” y “la globalización de la indiferencia”. “¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas?”, se preguntó, “¡Nadie!”, contestó, trazando un paralelismo con la escena central de la obra del dramaturgo español.
Francisco tuvo el tacto de saludar expresamente a los musulmanes, mayoría entre los inmigrantes. Les felicitó por el inicio del Ramadán y les dijo: “La Iglesia os es solidaria en la búsqueda de una vida más digna para vosotros y vuestras familias”.

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