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Mike Tyson y dos creadores españoles desentierran la condena por motivos racistas contra Jack Johnson, el primer campeón negro de los pesos pesados

La Vanguardia, DOMINGO MARCHENABarcelona, 01-07-2013

(El Cobre). Pero si la historia parece haber ajustado cuentas con Rosa Parks, que hoy tiene incluso una estatua en el Capitolio, no sucede lo mismo con Jack Johnson, el Gigante de Galveston, hijo de padres que conocieron la esclavitud y condenado en 1913 a un año de cárcel por tener amantes blancas. Un escarnio de sentencia. O habría que escribir un eskkkarnio, con la triple k del Ku Klux Klan. El campeón huyó a Europa para eludir la cárcel, pero regresó en 1920 y cumplió la pena por su delito.
El Congreso de EE.UU. recla-
Un gesto de Rosa Parks (1892-2005) la convirtió en 1955 en un símbolo en contra de la segregación racial en EE.UU. Se negó a ocupar el asiento que le correspondía en la parte trasera de un autobús por ser negra. “Yo estoy aquí gracias a ella”, ha dicho el presidente Barack Obama.
“Yo estoy aquí gracias a él”, dice Mike Tyson, en referencia a otro luchador por los derechos civiles: Jack Johnson (1878-1946), el primer campeón negro de los pesos pesados y uno de los mejores boxeadores de la historia, según la International Boxing Research Organization. “Sólo Jack Johnson sabía lo bueno que era Jack Johnson”, afirma el escritor, entrenador y exboxeador Francisco Rodríguez Feu en Los grandes campeones del mundo de los pesos pesados mó en el 2008 el perdón póstumo para el boxeador, pero sorprendentemente la petición, que impulsaron políticos como el senador demócrata Harry Reid y el republicano John McCain, aún duerme sobre la mesa de Obama.
Mike Tyson va camino de convertirse en otro juguete roto del boxeo, aunque nunca nadie le podrá arrebatar el orgullo de ser el campeón más joven de los pesos pesados, título que ganó con 20 años, en 1986. Quizá tampoco nunca nadie podrá negar que fue él quien dio el empujón definitivo al caso Johnson. El exboxeador ha iniciado una campaña en Change.org para reclamar el indulto. Más de 6.000 personas han firmado ya la petición.
Jack Johnson ha sido un filón para el cine, la música (Miles Davis le dedicó un disco) y la literatura. El combate del siglo (Gallo Nero), la recopilación de las crónicas de Jack London sobre la pelea de 1910 en-
tre el Gigante de Galveston y James Jeffries, debería ser de lectura obligatoria en las escuelas de periodismo. Entre los firmantes de la campaña de Change.org están los españoles José María Mijangos y José Parra Moreno, guionista e ilustrador, respectivamente, de la última obra sobre Jack Johnson, la novela gráfica La
gran esperanza negra ( Vitruvio). El escritor José María Mijangos es el autor, entre otras obras,
de las hilarantes novelas Soul man (Lengua de trapo) y Curso de asesinos por correspondencia (RBA). Además de un magnífico ilustrador, José Parra Moreno es arquitecto, presidente de un importante grupo inmobiliario y boxeador aficionado: Parrita Dinamita. Ambos confían en que, ahora que se cumple un siglo de la condena, por fin haya indulto.
Tyson explica en el portal de Change.org que esa reparación histórica tarda demasiado. La misma sensación tendrán los lectores de La gran esperanza negra. Planteada como una biografía en dos partes (la segunda se publicará después del verano), la obra reconstruye el drama de Johnson a partir del accidente de tráfico que segó su vida, en 1946, a los 68 años. Luego, en un gran salto atrás, como el de El crepúsculo de los dioses, de Billy Wilder, el relato retrocede y llega hasta la pelea de 1910 contra Jeffries, en la que retuvo su cetro de campeón.

Tres años más tarde, sufrió su peor derrota. No fue en un cuadrilátero, sino en un tribunal de justicia. Un jurado compuesto exclusivamente por blancos le condenó aplicándole retroactivamente la infame Mann Act. En teoría, era una ley contra el proxenetismo, pero tan deliberadamente ambigua que servía para perseguir la “inmoralidad” y las relaciones interraciales (sobre todo, entre negros y blancas, no entre blancos y negras). El Congreso de EE.UU., Iron Mike Tyson, José Parra Moreno, José María Mijangos y, de momento, 6.000 personas más denuncian que esta sentencia “injusta y racista” sólo pretendía truncar la carrera deportiva de un hombre orgulloso del color de su piel: “Soy negro. Nunca dejasteis que lo olvidara. De acuerdo, soy negro. Nunca dejaré que lo olvidéis”.

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