la propuesta pasa a la Cámara de Representantes

El Senado de EE.UU. ata la reforma migratoria al blindaje de la frontera

Tras su paso por la Cámara Alta, la propuesta pasa a la Cámara de Representantes

Deia, Marta Martínez , 28-06-2013

Bilbao. “Estamos convencidos de que las bardas no unen. Las bardas no son la solución al fenómeno migratorio y no son congruentes con una frontera moderna y segura”, criticó el ministro de Relaciones Exteriores mexicano, José Antonio Meade, un día antes de que el Senado estadounidense aprobara un espectacular reforzamiento de la seguridad fronteriza entre los dos países. “Será la más militarizada desde la caída del Muro de Berlín”, se congratuló el senador republicano John McCain. La enmienda aprobada el miércoles por la Cámara Alta de Estados Unidos fue propuesta por un grupo de legisladores republicanos como condición a dar su apoyo a la reforma migratoria que prevé abrir la puerta a la legalización de 11 millones de indocumentados, la mayoría mexicanos, que residen en Estados Unidos.

La enmienda, que queda así incluida en el proyecto de reforma migratoria, contempla ampliar a 40.000 el número de agentes que patrullan la frontera, la construcción de un muro de 1.126 kilómetros, un aumento de la vigilancia aérea con helicópteros y drones para detectar cruces de indocumentados, así como el despliegue de sensores y radares a lo largo de los más de 3.000 kilómetros de frontera. También apuesta por el establecimiento de un sistema de control biométrico para registrar ingresos y salidas en todos los puertos de entrada por mar y tierra, para evitar que los extranjeros se queden en el país con visas vencidas, y el reforzamiento del programa E-verify, de manera que las empresas estadounidenses verifiquen el estatus migratorio de sus empleados. Para todo ello, el Gobierno estadounidense deberá destinar más de 46.000 millones de dólares.

La enmienda también establece condiciones antes de que los indocumentados puedan acceder a la ciudadanía permanente. Asimismo, prohíbe que estos puedan acceder a beneficios de jubilación del Seguro Social que hayan acumulado mediante el uso de documentos falsos y les obliga a pagar impuestos atrasados.

La Cámara Alta introduce una enmienda para endurecer de forma espectacular la seguridad fronteriza

Tras la aprobación de la enmienda, que contó con el apoyo de todos los demócratas y quince republicanos, se espera que el Senado vote la propuesta de reforma migratoria esta misma semana, pero en México ya han comenzado a oírse duras críticas por “la militarización de la frontera”. Para los grupos de derechos humanos del país azteca, “la migración va a continuar y lo que va a ocasionar esto es exponer a los migrantes a mayores riesgos por los diversos puntos fronterizos”.

Y los riesgos hoy en día no son minúsculos: el año pasado, casi medio millar de personas murió al cruzar la frontera entre México y Estados Unidos; mientras que desde que comenzaron los operativos en 1993 se han registrado 5.595 fallecimientos. Para muchos intelectuales, lo aprobado el miércoles en el Senado estadounidense es directamente un “agravio” para México.

Por su parte, el Gobierno de Enrique Peña Nieto manifestó, a través de su ministro de Relaciones Exteriores, que “medidas que pueden afectar los vínculos entre las comunidades se alejan de los principios de responsabilidad compartida y buena vecindad”. Meade indicó que tanto México como Estados Unidos buscan desarrollar una región competitiva en América del Norte y señaló que este tipo de controles fronterizos no contribuyen a ese fin.

Camino difícil La pelota pasa ahora al tejado de la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos y reticentes a apoyar el proyecto de reforma migratoria para quebradero de cabeza de Barack Obama, que ha fijado esta ley como una de las prioridades de su segundo mandato. Muchos republicanos consideran que la enmienda es insuficiente, porque lo que quieren es que el sellado de la frontera se produzca antes de abrir las puertas a la legalización de millones de indocumentados. “Seguimos creyendo que la frontera tiene que asegurarse al máximo antes de seguir adelante con un proceso de legalización. Lo que han hecho hoy (por el miércoles) muchos es apoyar la decisión de arrojar mucho dinero a la frontera, pero sin garantizar la seguridad”, consideró Chuck Grassley, senador por Iowa, quien votó en contra de la enmienda.

Por su parte, el presidente de la Cámara Baja, John Boehner, dejó claro que no piensa limitarse a aceptar la ley procedente del Senado. La tan prometida reforma de Obama a los hispanos, que resultaron clave en su reelección, enfrenta pues una dura batalla y podría, incluso, hacer aguas. Y es que mientras que los demócratas apuestan de forma unánime por la reforma, los republicanos están divididos. Entre los defensores en este último bando se encuentra Marco Rubio, quien ha participado en la elaboración de la propuesta bipartidista. Y es que el legislador considera que la reforma logrará corregir el sistema de inmigración que en el actualidad “alienta la inmigración ilegal”.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)