La tranquilidad se había apoderado de la valla fronteriza de Melilla, donde no se había producido ningún asalto de inmigrantes en 37 días, al margen de avistamientos de pequeños grupos que ni siquiera llegaron a tocar la alambrada por el mayor refuerzo de seguridad que se ha producido a ambos lados. Sin embargo, la pasada madrugada la frontera volvió a ser vulnerada por varios grupos de subsaharianos, que sumaban entre todos unos 300, de los cuales alrededor de 100 lograron atravesarla.

La entrada se registró en torno a las 4.15 horas en la zona de la vaguada Linares, entre el paso fronterizo de Mariguari y Rostrogordo, desafiando el trabajo disuasorio que el helicóptero de la Guardia Civil realiza desde hace varias semanas sobrevolando el perímetro, y el refuerzo de la zona con agentes de la Policía Local y la Policía Nacional.

Los inmigrantes venían, según la Delegación del Gobierno, armados con piedras que arrojaron contra los agentes marroquíes y españoles.