El peso de las otras lenguas

Unos 612.000 castellanohablantes se han incorporado a territorios de habla catalana

La Vanguardia, J. PLAYÀ Barcelona, 25-06-2013
Quienes discuten ya si una Catalunya independiente debiera tener una o más lenguas oficiales (catalán y castellano, aunque también se le hace un hueco al aranés) harían bien en tener en cuenta los factores demográficos. “Uno de los primeros ejercicios sobre la estimación en bruto de lo que puede haber significado la inmigración reciente en la diversidad lingüística consiste en adscribir a cada migrante como mínimo una de las lenguas oficiales de su país de origen”, se dice en un estudio publicado en Treballs de la Societat Catalana de Geografia (junio del 2012). Según este criterio, a 1 de enero del 2011, en Catalunya, Valencia y Baleares, la inmigración reciente (a partir de 1998) ha significado un aumento de 612.000 personas que hablan en castellano; 363.000, en árabe (aunque una parte se expresa en amazig), 253.333, en rumano; 190.644, en inglés, y 103.835, en alemán.

JAIME REINA / ARCHIVO La escuela se ha visto sacudida por la masiva llegada de extranjeros

La referencia procede del trabajo Apunts sobre sistemes migratoris i llengua als territoris de parla catalana, elaborado por Andreu Domingo, Elena VidalCoso y Joana Serra. Los autores constatan el aumento de la diversidad lingüística, si bien indican que eso no es ninguna novedad, especialmente en Catalunya. Los demógrafos se refieren al “modelo de reproducción catalán” iniciado en los años veinte y treinta del siglo XX con la llegada de mano de obra de otras provincias del levante español. En los años sesenta se vive otro boom migratorio con un saldo favorable de 742.329 personas. Y finalmente la última etapa es la llegada de inmigrantes extranjeros, que totalizan, sólo en el periodo 2002-2009, un saldo positivo de 794.470 personas y facilitan el salto de la población de 6 millones de habitantes a 7,5. El perfil de esos inmigrantes extranjeros ha evolucionado de la mayoría marroquí de los inicios al crecimiento de los flujos latinoamericanos (colombianos, ecuatorianos y bolivianos) y rumanos, sin olvidar el peso relativo, más reciente, de chinos y pakistaníes, lo que se traduce en un moderado proceso de sustitución étnica.

Estos cambios explican el retroceso del uso del catalán detectado en la última Enquesta d’usos lingüístics de la població, del 2008, que establece que un 35,6% de los habitantes de más de 15 años habla habitualmente en catalán, un 45,9% en castellano, un 11,9% en ambas y un 4% en otras lenguas (1,9% en árabe y 0,5% el rumano). Habrá que esperar a la nueva encuesta que acaban de iniciar el Departament de Cultura y el Idescat, cuyos resultados no se conocerán hasta la primavera del 2014 para ver su evolución. Pero convendrá tener en cuenta también otros recientes estudios como el del Grup de Recerca en Espais Interculturals, Llengües i Identitats de la UPF, que reflejan “la poca implicación de los jóvenes de origen latinoamericano en las realidades lingüísticas, políticas e identitarias de Catalunya”, que llegan incluso a actitudes de rechazo hacia el catalán.

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