¿Dentro o fuera? ¿Es lícito prohibir a alguien usar un servicio esencial como el transporte público? ¿Y si es para que no robe? Esta cuestión parece enfrentar a jueces debido a las últimas decisiones tomadas en los tribunales madrileños. Hace ya meses, el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid prohibió la entrada al Metro al llamado clan de Las Bosnias, que sumaban alrededor de 300 arrestos por robar carteras. Sin embargo, la Audiencia Provincial revocó esa orden el pasado mes de mayo.

Ahora, otros dos juzgados de instrucción han prohibido durante seis meses entrar a tres carteristas en el suburbano, contradiciendo así de nuevo el criterio de la Audiencia. En este caso, el Juzgado de Instrucción número 15 ha prohibido entrar al Metro a un carterista iraquí, y el 52 a una pareja rumana. La orden de alejamiento, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía, tiene vigencia por seis meses.

Fue este tema empezado con Las Bosnias pionero en Madrid, con sólo precedentes en alguna otra comunidad autónoma como Cataluña. Sin embargo, esa orden de alejamiento, que incluso conllevaba la advertencia de que podría endurecerse si se quebrantaba, fue revocada apenas unas semanas más tarde.

En su día, fuentes judiciales calificaron aquella orden de alejamiento de «valiente», por ser una manera de evitar que las carteristas ejercieran en el único lugar donde sabían robar. La advertencia de endurecimiento de esa orden, además, podría haber acarreado otras medidas como la prohibición de entrar en el municipio de Madrid o acercarse a menos de 500 metros de una boca de Metro.

Sin embargo, esa penalización no llegó, al haber estimado la Audiencia el recurso de las mujeres carteristas. En cambio, estas dos nuevas decisiones, con casos similares (cerca de 60 arrestos por cada uno de los tres carteristas), desafían en cierto modo la decisión de la Audiencia.

Por parte de la instancia superior, además, no está claro si ha habido una unificación de criterio, puesto que estos casos no se habían dado antes en Madrid. La medida de prohibir la entrada, desde luego, fue aplaudida por la Policía, que consiguió en ese tiempo sin Las Bosnias bajar un 40% los hurtos en el Metro, y también fue agradecida por los viajeros.

Pero claro, viajar en Metro es un derecho básico de cualquier ciudadano, y la orden de alejamiento no se consideró adecuada para este caso. Por otra parte, los carteristas conocen la ley, y tratan siempre de no llevar más de 400 euros encima, para cometer una falta en lugar de un delito de hurto, y en cualquier caso, aunque sean detenidos, siempre salen en libertad por tratarse de un asunto menor.

Así, la Policía tiene muy difícil combatir a estos ladrones de carteras en el Metro, donde hay más de 500 profesionales del hurto identificados.

Fuentes judiciales explicaron ayer que hay que estudiar cada caso para decidir si se considera excesiva la prohibición de entrar.

En este caso concreto, la Brigada Móvil de la Policía Nacional ha detenido a tres expertos en robar en las zonas turísticas, sobre todo en las líneas 2, 3 y 10. Los tres arrestados son multirreincidentes, y estarán fuera de la circulación unas semanas, pero esas medidas podrían ser revocadas de nuevo por la Audiencia, al igual que ocurrió con Las Bosnias.