La Policía detiene a cinco ‘lobos solitarios’ en vías de radicalizarse
La Audiencia Nacional los acusa de exaltación del terrorismo islamista en internet
El Mundo, , 13-06-2013Neutralizar a los lobos solitarios antes de que salten de la radicalización en internet a la acción terrorista se ha convertido en una de las obsesiones del Ministerio de Interior y de la Audiencia Nacional. Así lo volvieron a demostrar en la madrugada del martes al miércoles, cuando agentes de la Policía Nacional detuvieron en Barcelona a cinco hombres de nacionalidad tunecina a los que los investigadores sitúan en vías de radicalizarse y contra quienes la Audiencia sostiene, de momento, sólo la acusación por un delito de exaltación del terrorismo.
La operación Kartago, ordenada desde el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia y con un espectacular despliegue en plena noche en los barrios de la Mina, el Raval y en la zona cercana al mercado de los Encants, acabó de golpe con las actividades de propaganda que los investigadores atribuyen a los cinco arrestados desde hacía más de un año a través de internet. Según confirmó la Policía, los detenidos habrían difundido más de 400 documentos, entre fotografías, vídeos o manuales, vinculados a figuras paradigmáticas del yihadismo como el desaparecido líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, o el también fallecido Abu Musab al Zarqawi, cabeza visible de la omnipresente red islamista en Irak.
Además, propagaban en la red vídeos sobre atentados terroristas, explicaciones técnicas sobre cómo fabricar explosivos caseros, grabaciones sobre ejecuciones y fusilamientos de grupos armados islamistas o una suerte de guía para entrenamientos de perfil yihadista. Todo ello regado de comentarios de enaltecimiento hacia la guerra santa y con vínculos a páginas integradas en la lista de webs sospechosas de espolear el reclutamiento de radicales.
Es precisamente este último aspecto, el de ejercer de reclutadores o la posibilidad de que acabaran asumiendo su propio martirio por la guerra santa, el que activó todas las alarmas de los especialistas de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Según confirmó ayer en Madrid el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, los cinco detenidos estaban siendo investigados desde comienzos de 2012, cuando los analistas policiales detectaron el inicio de su campaña propagandística. Desde entonces todos ellos, conocidos entre sí y que lograban pasar desapercibidos en barrios de una fuerte inmigración árabe, habrían ido creciendo en radicalismo de forma paralela pero individual. Una sospecha que se acrecentó este mismo mes de junio cuando los investigadores descubrieron a uno de ellos realizando un viaje a Túnez.
La posibilidad de que ese desplazamiento fuera el punto de inflexión para profundizar en sus acciones, más allá de la propaganda, fue el que disparó la operación Kartago, la cual continuaba ayer abierta al cierre de esta edición.
Fuentes cercanas a las pesquisas aseguraron ayer que las investigaciones sobre el grupo comenzaban a acumular indicios de delito que trascendían el de exaltación del terrorismo islamista. Sin embargo, las detenciones ordenadas por la Audiencia Nacional harán que esas sospechas únicamente puedan confirmarse tras el análisis de la numerosa documentación hallada durante los tres registros realizados en los domicilios y locales, en los que colaboraron miembros de la Brigada de Información de la Policía Nacional en Barcelona.
La operación, la cuarta que se realiza este año en España contra el terrorismo islamista o quienes lo exaltan, también ha reavivado la posibilidad de acabar retirando la nacionalidad española a los acusados de vínculos integristas. De esta forma, tal y como sucedió en mayo con la expulsión de Nouredinn Ziani por orden del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) por sus vínculos con el salafismo radical, cualquier atisbo de «célula independiente» puede acabar con sus integrantes siendo expulsados del territorio si las condenas que se dicten no los mantienen en prisión.
El ministro de Interior aseguró ayer que este tipo de operaciones son efectivas para «neutralizar la preocupación» con la que los Estados europeos observan el fenómeno de los lobos solitarios o de los «retornados», yihadistas con experiencia en frentes como el de Siria, los países del Sahel, Yemen o Somalia, y que regresen con voluntad de exportar el terrorismo.
Los investigadores creen que podían llegar a convertirse en ‘reclutadores’
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