La denuncia de un temporero que trabajó durante la campaña fresera una finca de la Redondela ha sacado a la luz las condiciones en las que dos empresarios agrícolas mantenían a sus empleados y por las que han sido denunciados por un delito contra el derecho de los trabajadores.

En una inpección, agentes de la Edati de la Guardia Civil descubrieron que los temporeros estaban obligados a vivir en una nave que había estado destinada a la cría de pollos, distribuidos en habitáculos sin agua corriente y rodeados de productos fitosanitarios y tóxicos, habitáculos por los que llegaban a pagar 50 euros mensuales.

Los freseros mantenían una deuda con los trabajadores, en su mayoría inmigrantes procedentes de Marruecos y Bulgaria, a los que habían amenazado con despedirlos en el caso de que realizaran alguna denuncia. Sin embargo, uno de estos trabajadores decidió acudir a la Guardia Civil, que ya ha trasladado el expediente a la autoridad judicial.