La deriva racista de Grecia alarma a la UE y enturbia la imagen del país

Samarás se defiende de las acusaciones de connivencia con Aurora Dorada

La Vanguardia, , 31-05-2013

Un proyecto de ley para frenar la deriva racista en Grecia está provocando una intensa batalla política que amenaza con romper la ya de por sí frágil coalición de Gobierno.

El primer ministro, el conservador Andonis Samarás, se vio ayer obligado a defenderse, en una carta pública, de quienes le acusan –en el país y en el extranjero– de no hacer suficiente ante la amenaza que encarna Aurora Dorada. Desde que este partido neonazi entró en el Parlamento hace un año, con el 7% del voto, las agresiones xenófobas se han multiplicado y casi banalizado en Grecia, un país que encadena ya seis años de recesión y que tiene la tasa más alta de entrada de inmigrantes ilegales de la UE.

Aurora Dorada, a quien los sondeos ya dan un 10% de intención de voto, siempre niega su implicación en las agresiones, pese a sus constantes llamamientos contra los inmigrantes y a que varios de sus militantes han sido detenidos por participar en ataques brutales a extranjeros.

Las organizaciones en defensa de los derechos humanos, organizaciones judías –Aurora Dorada niega el holocausto– y la propia UE están intensificando la presión sobre Atenas para que endurezca la legislación antirracismo. Los dos partidos minoritarios del Gobierno, los socialdemócratas del Pasok y la izquierda moderada de Dimar, presentaron una proposición de ley que criminaliza la incitación a la violencia racista y la negación de los crímenes del nazismo. Pero hay pocas posibilidades de que la ley tire adelante, ya que no tiene el apoyo del partido mayoritario, el conservador Nueva Democracia de Samarás, que considera la nueva ley innecesaria y contraria a la libertad de expresión, y asegura que basta con retocar las leyes ya existentes.

Precisamente uno de los miembros de Nueva Democracia que más alto está hablando estos días contra la ley es Makis Voridis, íntimo de Jean-Marie Le Pen, y que hasta hace poco pertenecía al partido de ultraderecha y antisemita Laos.

Samarás se defendió de las acusaciones que le llueven de connivencia con los racistas. “Los partidos y el pueblo debemos permanecer unidos contra los nazis, y no dejar que el peligro neonazi nos divida”, clamó en una carta a un poeta que criticó su boicot a la nueva ley. Samarás defiende una “mejora y actualización” del marco jurídico existente y la necesidad de reforzar la lucha contra la “masiva inmigración clandestina”. “Tenemos que arrebatar a los neonazis su arma principal”, argumenta.

“No hay duda de que esta ley tiene como objetivo a Aurora Dorada”, dijo su líder, Nikolaos Michaloliakos, el miércoles por la noche en una marcha por el centro de Atenas por la caída de Constantinopla, el 29 de mayo de 1453, que los neonazis recuerdan cada año. Sus seguidores portaban antorchas y banderas griegas al grito de: “Sangre, honor y Aurora Dorada” o “Grecia pertenece a los griegos”. “Dejemos que lleven esta ley al Parlamento –lanzó Michaloliakos– y veremos al fin quién está del lado de Grecia y quién del lado de los inmigrantes ilegales”.

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