Enlatados durante horas en el salpicadero y el maletero de un coche

La Policía rescata en Melilla a dos malienses a punto de morir, tras ser abandonados en los recovecos de un turismo

ABC, C. MORCILLO, 22-05-2013

El traficante o pasador tenía mucha prisa. Tanta que el pasado domingo dejó un vehículo estacionado durante horas en el Barrio del Real en Melilla con dos inmigrantes en su interior: enlatados y a punto de morir de asfixia. Uno estaba oculto en la guantera y el otro en el maletero. Cuando los rescató la Policía Nacional no podían moverse, estaban completamente entumecidos y desorientados y tuvieron que ser trasladados en camilla al hospital, según explicaron a ABC fuentes policiales.

Los hechos tuvieron lugar el domingo, cuando la Sala del 091 recibió una llamada. Un peatón oyó golpes y gritos que procedían de un turismo aparcado frente a un colegio en el citado barrio. Cuando llegaron los agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana se encontraron el vehículo con los seguros de las puertas desactivados y la radio encendida a todo volumen. Y un detalle: las llaves del coche estaban junto a la palanca de cambios, pero ni las víctimas lo sabían ni podían moverse de su escondite.

Los policías oyeron los gritos y los golpes que salían al unísono de la parte delantera y trasera del coche. Tuvieron que arrancar el salpicadero y los asientos traseros porque, tal y como suponían, era en esos escondrijos donde estaban los dos jóvenes: dos malienses de 22 y 24 años, aterrados y desorientados. Dado el mal estado físico en que se encontraban tuvo que intervenir una dotación sanitaria que los atendió en el lugar de los síntomas de asfixia que presentaban. El joven del salpicadero apenas tenía constantes vitales y tuvo que ser trasladado a Urgencias para que lo reanimaran.

El turismo llevaba horas estacionado y no hay ni rastro del conductor. Los agentes sospechan que debió de ver presencia policial y decidió huir, quizá con intención de volver más tarde «aunque con estos traficantes de personas nunca se sabe», explica un policía. Hace unos meses la misma Brigada halló a otro joven oculto en el motor de un vehículo, enroscado junto al filtro del aire. La Guardia Civil detecta cada mes varios casos. La inmigración ilegal sigue jugando con vidas humanas a diario en la frontera de Melilla.

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