MIGUEL CABRERA / Almería
José Antonio Zamora, el empresario
de la construcción de 42
años acusado de matar a un matrimonio
gitano y a un hijo de éste
en el municipio almeriense de
Cuevas del Almanzora en julio de
2011, alegó ayer en su defensa,
durante la primera sesión del juicio
con jurado, que cometió el triple
crimen por las presiones,
amenazas e incluso a una paliza
previa de la que fue víctima por
parte de alguna de sus víctimas.
La vista, que comenzó ayer lunes
en la Sección Segunda de la
Audiencia de Almería para salvaguardar
la sensibilidad de los familiares
de las víctimas y evitar
que aumente la tensión en torno
a este crimen, deberá dilucidar la
culpabilidad o no de Zamora, que
se enfrenta a una petición de la
Fiscalía de 48 años de prisión como
presunto autor de tres delitos
de asesinato y a indemnizaciones
que alcanzan los 600.000 euros.
Su defensa solicita la libre absolución
o, de forma subsidiaria, un
delito de homicidio con la atenuante
de miedo insuperable.
Los hechos que ahora se juzgan
sucedieron el 26 de julio de
2011, cuando el ahora procesado
cogió una carabina del calibre 22
y se dirigió en coche hasta el barrio
marginal donde vivían las
víctimas. Sobre las nueve de la
noche, en plena calle, tiroteó primero
a Juan Santiago, de 46
años, y a su hijo Cristóbal, de 25,
y segundos después a la madre
de éste, Fermina Santiago, que se
acercó al lugar para auxiliarles. A
continuación, dejando los cuerpos
de las víctimas en el suelo, el
acusado se dirigió al cuartel de la
Guardia Civil para entregarse.
Tras el suceso, igual que alegó
en el juicio, el empresario aseguró
que tanto él como su familia se
sentían atemorizados por el clan
gitano tras varios enfrentamientos
y amenazas. Días antes del suceso
miembros de la familia gitana
le pegaron una brutal paliza que
acabó con un mordisco en la nariz
que le provocó graves daños.
Vecinos del municipio informaron
de que el presunto homicida
mantenía continuas disputas con
la familia gitana debido a robos
de material de construcción y a
las amenazas que habría sufrido.