El goteo de personas que se acercan a Cruz Roja en busca de apoyo para retornar a sus países de origen es continuo, pese a que desde mayo del año pasado el colectivo ya no gestiona este programa. Algo que choca con el hecho de que ninguno de los 56 inmigrantes extracomunitarios que en lo que van de año se han acogido en Burgos a las ayudas del Gobierno para la vuelta a sus puntos de partida tuviera su residencia en Miranda.
En los listados de la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM), referente en la provincia para los programas de retorno voluntario, no figura entre enero y abril ni una persona con domicilio en la ciudad. Pero tampoco las hay en las salidas gestionadas durante el pasado ejercicio. Entonces organizaron 46 viajes en todo el año, menos que los que ya llevan ya acumulados en 2013.
Aunque hay que tener en cuenta que en 2012 su tarea era compartida con Cruz Roja. En Miranda, hasta mayo, que es cuando se les acabó la financiación para un programa que ya no tienen, gestionaron 7 retornos. Todos ellos a países de América Latina y enmarcados dentro del programa de atención social, que incluye el pago del billete de avión, una dotación de 400 euros por persona para la reinstalación en el lugar de destino y 50 euros de bolsillo para gastos. La cifra es igual que la alcanzada un año antes, en 2011, cuando pidieron ayuda para volver a sus países otras 7 personas, de las que 6 gestionaron la marcha a través de ACCEM y una con Cruz Roja. En total, en la provincia, se registraron 46. En 2010 de Miranda se fueron 8 y 4, un año antes, cuando se puso en marcha el plan.
152 con prestación de paro
Desde entonces, desde 2009 y hasta 2012, en cuatro años un total de 227 inmigrantes de la provincia se han acogido a los programas de ayudas del Gobierno para volver a sus lugares de origen. De ellos, hasta el momento, la mayoría ha podido beneficiarse del abono del paro acumulado. Hasta 152 han solicitado el pago de la prestación por desempleo. Suponen el 67% de los que se han ido.
«Son personas que están en situación regular y que han cotizado. Aquí cobran el 40% y luego, en sus países, el 60% restante», explicó Olga Aguilar, responsable de ACCEM en Burgos, donde además les facilitan el billete de avión.
Las 75 personas restantes que completan el cupo solo pudieron acogerse al retorno voluntario de atención social. También existe la posibilidad de solicitar el denominado programa productivo, que vincula el regreso a la puesta en marcha en su país de un proyecto empresarial. Pero de este tipo no se gestionó ni un expediente el pasado año en la provincia. «Cada persona o cada familia que retorna tiene unas peculiaridades y el diagnóstico social es muy diferente», valoró.
Pero lo que no se puede negar es que la petición de ayudas para regresar va en alza, «la demanda es importante», porque hay muchas personas que «se han quedado sin empleo, su red social está muy debilitada y se plantean el retorno como una forma de poder afrontar su proyecto migratorio», señaló.
En el caso de Burgos, la gran mayoría ha tenido como destino América Latina. En 2013 solo uno se ha ido a Guinea Ecuatorial y entre 2009 y 2012, hasta 71 se han salido a Ecuador (la mayoría con el pago del paro). Otros 32 se fueron a Argentina y Colombia, respectivamente; 30 a Brasil; 16 a Bolivia; 12 a Paraguay y Honduras; 5 a Chile; 3 a Pakistán y otros tantos de Australia. Un listado en el que no están aquellos que tienen doble nacionalidad, porque no se pueden acoger a este tipo de ayudas. «Un indicador muy importante, porque marca la estancia y al temporalidad», zanjó.
En toda Castilla y León, en los últimos cuatro años, 1.011 personas han decidido volver a sus lugares de origen. De ellas, 600 con la prestación contributiva por desempleo y 411, con la ayuda de atención social.