EMIGRANTES Pocos y cualificados
La salida de población que ha nacido en Catalunya es todavía muy minoritaria. ANNA CABRÉ “No habrá diáspora por estructura social y porque la crisis no durará siempre” JOSEP OLIVE R “A largo plazo volverá la inmigración porque necesitamos mano de obra para compensar” ÚLTIMOS DATOS Entre el 2008 y el 2011 hay 27.782 autóctonos que se han ido al extranjero LA EDAD DE LA EMIGRACIÓN La pérdida de población se concentra entre la gente de 16 a 34 años.
La Vanguardia, , 03-05-2013La crisis ha afectado también a la demografía. Catalunya ha dejado de ser un país casi exclusivamente de recepción de inmigrantes –según los últimos datos del INE residen aquí 1.154.477 extranjeros– y se ha convertido en un territorio con flujos de entrada y salida y con un número relativamente importante de emigrantes altamente cualificados. Un cambio de tendencia anunciado pero más matizado de lo que aparenta según la opinión de los expertos.
Los datos indican que, por primera vez en 17 años, la población empadronada en España se ha reducido; las comunidades de Madrid, Catalunya y Valencia son las que han registrado las mayores reducciones de población extranjera.
Pero el anunciado retorno de muchos inmigrantes a sus países de origen o la temida diáspora de los catalanes tiene sus limitaciones. La demógrafa Anna Cabré se ha referido, en un seminario sobre Efectos de la emigración para Catalunya organizado por el Cidob en Barcelona, a la “fantasía antidepresiva”. Se refiere a que todo aquel que no encuentra trabajo en el mercado laboral o una ocupación acorde con su preparación se plantea irse al extranjero como un recurso que le alivia. “Pero no todos pueden irse –precisa la directora del Centre d’Estudis Demogràfics (CED) de la Universitat Autònoma de Barcelona–, hay que tener un mínimo de dinero, se necesita en muchos casos conocer idiomas, o un título, y por eso se van menos de los que creíamos; Catalunya es un país de migraciones espasmódicas, que van por rachas, pero en general se va poca gente”. Y aunque alerta de las dificultades de contar con cifras fiables, Cabré aporta los últimos datos recogidos junto a otro colega del CED, Andreu Domingo, sobre la emigración en Catalunya: entre el año 2008 y el 2011, hay 379.301 extranjeros que se han marchado al extranjero. Otros 93.189 extranjeros se han ido a otras comunidades autónomas. Y de los residentes en Catalunya con nacionalidad española se han marchado 97.189 a otras comunidades y sólo 27.782 al extranjero. “Las cifras de emigrantes están sobredimensionadas y como se ve son pocos los residentes, nacidos aquí, que se van, aunque cualitativamente sean importantes, en ámbitos como el académico o la investigación”. Aun así, es un hecho que en cuatro años ha crecido más de un 60% el total de la población autóctona que emigra.
El sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Lorenzo Cachón, recordó en el seminario organizado el pasado lunes por el Cidob que en el último decenio “en España hemos creado mucho talento, hemos pasado de un 25% de población activa titulada en el año 2000 a un 35% en el 2012”. Y no sólo eso, también destaca la capacidad de atraer talento extranjero con dos ejemplos: del 2000 al 2008, de las 800 nuevas plazas del CSIC, un 25% han sido para extranjeros, y de los 200 contratos de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (Icrea), la mitad ha sido también de investigadores extranjeros. Por esa razón también el impacto de la crisis ha sido más duro entre el personal más cualificado, especialmente en una segunda fase. El paro se ha triplicado entre los doctorandos, a partir del 2010. “Lo peor de la crisis es que se descapitaliza el país, que se pierden inversiones y que la capacidad emprendedora se va a otros países”, concluye Cachón.
La reducción en las estadísticas del número de inmigrantes en España y en Catalunya se debe también al aumento de las nacionalizaciones, especialmente de los iberoamericanos, que cuentan con más facilidades, e incluso a los casos de desregularizaciones (personas que se quedan sin trabajo y pierden el permiso de residencia). Es cierto que un determinado número de inmigrantes , la mayoría de América del Sur, retornan a sus países de origen y que en menor cantidad se van a otros países de su entorno actual, como Francia, Bélgica o Italia, aprovechando las redes sociales ya establecidas.
¿Quiénes se van? El mayor número de emigrantes corresponde a los ecuatorianos, aunque, por peso relativo, los colectivos que se marchan más al exterior son los brasileños, los pakistaníes, los chinos y los bolivianos. Los marroquíes y los rumanos, pese a su importancia numérica, están entre los colectivos más asentados. Y hacia el resto de España, y en proporción a su número, las nacionalidades con mayor movilidad son, en este orden, chinos, pakistaníes, colombianos, brasileños y marroquíes. Las tres comunidades de destino interior son Madrid y todo el litoral mediterráneo. En cuanto a los residentes con nacionalidad española que emigran hacia otras regiones españolas, Andalucía es la comunidad preferida, lo que significa que regresan también familias con lazos familiares en esta tierra.
Cabré está convencida de que “no habrá una gran diáspora catalana por su propia estructura social y porque la crisis no durará siempre”. Nada que ver con la diáspora irlandesa o con la más excepcional de India, que ha enviado fuera de sus fronteras a 1.300 millones de personas.
¿Y el futuro? El catedrático de Economía Aplicada de la UAB Josep Oliver recuerda que entre el primer trimestre del 2009 y el cuatro trimestre del 2012 Catalunya ha perdido 200.000 efectivos en su población activa, repartidos al 50% entre los nacidos aquí y los extranjeros. Y esa pérdida se concentra entre la población activa más joven, de 16 a 34 años. El INE prevé para los próximos diez años (2012-2022) unas pérdidas de hasta 600.000 efectivos en su población efectiva, lo que supone un 12% del total. “Lo lógico sería pensar que eso supondrá una reducción del paro –dice Oliver–, pero no necesariamente tiene que ser así porque tenemos una estructura educativa desequilibrada, porque la tasa de paro es muy alta entre sectores de baja cualificación, porque existe un envejecimiento, y todo hace pensar que por poco que mejore el mercado de trabajo se producirá de nuevo una llegada de inmigrantes y se necesitará mano de obra de 20 a 40 años”.
Oliver opina que la emigración es más un fenómeno transitorio, a corto plazo, y que a largo plazo volverá la inmigración porque, además, “necesitamos mano de obra para compensar el envejecimiento y pagar las pensiones de unos jubilados que pasarán de ser el 17% al 22%”.
(Puede haber caducado)