Agentes de la Policía Nacional especializados en la lucha contra la inmigración ilegal se han reunido hoy en la Comisaría de Almería para coordinar la operación Indalo 2013. Dirigida por la Agencia Europea de Fronteras (FRONTEX), y con la participación de efectivos policiales de varios países de Europa, la operación se desarrollará en las costas de Almería, Granada (Motril), Cádiz (Algeciras) y Murcia, con el objetivo de controlar los flujos migratorios marítimos del norte de África.

La operación Indalo 2013 comenzará a desarrollarse en Almería, Granada y Cádiz a mediados del próximo mes de mayo y finalizará el día 31 de octubre. Por su parte, en Murcia tendrá lugar entre los días 1 de septiembre y 31 de octubre. La reunión previa sobre el comienzo y desarrollo de la citada operación, celebrada hoy, ha contado con la supervisión de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y la asistencia de representantes de FRONTEX.

Cuando se localiza una embarcación con inmigrantes irregulares a bordo, según ha indicado la Policía, inmediatamente se pone en marcha un protocolo cuyo principal objetivo es rescatar a los ocupantes de la patera y proporcionarles la ayuda humanitaria que pudieran necesitar. El segundo objetivo de los agentes es identificar al patrón de la embarcación (responsable del tráfico de seres humanos) que normalmente se oculta entre sus víctimas para pasar inadvertido ante la Policía.

Posteriormente, agentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras junto con miembros de otras policías europeas, especializados todos ellos en la lucha contra las redes de inmigración ilegal, entrevistarán a todos los inmigrantes que de manera voluntaria se presten a ello, con el fin de obtener información relativa a estas organizaciones que pueda ser utilizada por los investigadores para combatir más eficazmente este tipo de delincuencia organizada.

Estas redes están detrás de la mayoría de los viajes en patera que parten desde el norte de África. Los responsables de estas organizaciones son personas que no dudan en aprovecharse de la desesperación de sus víctimas por alcanzar lo que ellos creen será una vida mejor, cobrándoles elevados precios por una travesía en la que arriesgan sus vidas y durante la cual, en ocasiones, son incluso abandonados por los propios patrones de la embarcación.