“Cientos de retornados a Ecuador tienen mucha dificultad”

El País, Jaime Prats, 23-04-2013

Desde la presidencia de la asociación de residentes ecuatorianos Rumiñahui, Vladimir Paspuel es un testigo privilegiado del éxodo de compatriotas tanto de vuelta a su país como a otros destinos europeos en busca de las oportunidades que no encuentran en España.

Paspuel explica que quienes han conseguido la doble nacionalidad ecuatoriana y española a lo largo de sus años de estancia en el país dirigen sus pasos hacia Inglaterra, Italia, Bélgica u Holanda. “Estamos en continuo contacto con asociaciones de inmigrantes en estos países que nos relatan cómo cada vez hay más ecuatorianos desplazados desde España”.

Hay quien no tiene la opción de buscar trabajo en Europa. Son aquellos que no consiguieron la doble nacionalidad. Perdieron su empleo en la construcción o en labores agrícolas y con ello su permiso de trabajo y de residencia. En estos momentos se encuentran en situación irregular, con el riesgo de ser identificados, detenidos y bajo la amenaza de una orden de expulsión, relata Paspuel.

Para este grupo, cuyo número no se atreve a calcular el presidente de Rumiñahui, la principal salida consiste en acogerse al programa de retorno voluntario que financian el Estado y la Unión Europea, limitado a los sin papeles. “Son los más vulnerables, un grupo formado mayoritariamente por hombres que llevan de dos a tres años en el paro y que han agotado su prestación”.

En función de si proyectan poner en marcha un trabajo de vuelta a su país o si simplemente desean regresar, las ayudas suelen oscilar entre los 1.450 euros más el billete o 450 euros además del pasaje.

“Sin embargo, lo que se encuentran no es en muchas de las ocasiones lo que esperaban; conozco el caso de cientos de personas que se han encontrado con grandes dificultades al regresar a casa”, sostiene Paspuel. “Hay que tener en cuenta que el país ha cambiado desde que lo dejaron atrás, los salarios son bajos y muy por debajo de lo que se puede ganar en España, las ofertas de empleo no son abundantes…”.

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