Tiroteados 200 jornaleros asiáticos en Grecia
HÉCTOR ESTEPA ATENAS ESPECIAL PARA EL MUNDO
El Mundo, , 19-04-2013Quizá fuera el caldo de cultivo de la crisis. Tal vez la cara oculta del ser humano mostrándose de nuevo. El caso es que pocos se explican lo que sucedió ayer en el Peloponeso heleno. Manolada, un pequeño pueblo a 260 kilómetros al oeste de Atenas, se convirtió en el foco de atención del país cuando sus campos de fresas se tiñeron de rojo sangre.
Unos 200 inmigrantes jornaleros la mayoría bangladesíes fueron tiroteados por al menos uno de los tres capataces de una plantación. El motivo aparente fue que habían reclamado a sus jefes el pago del atraso en sus salarios de hasta seis meses. Al menos uno de los tres vigilantes se habría puesto nervioso y habría abierto fuego a discreción con una escopeta sobre los asiáticos.
Unas 30 personas fueron heridas de diversa gravedad y tuvieron que ser hospitalizadas. Según la BBC ninguno de ellos está en situación crítica. Dos hombres fueron detenidos por la policía y se busca a al menos otros dos, que se dieron a la fuga. Algunos medios locales desmentían la versión oficial y sí hablaban de algunos heridos críticos. Un vídeo difundido en las redes sociales helenas muestra un hospital con varios indoasiáticos heridos.
Las versiones son contradictorias. Según explicó el capitán de policía Jaralambos Sfetsos a la agencia AP, los capataces abrieron fuego cuando los 200 inmigrantes «se movieron amenazantemente» hacia ellos.
En cualquier caso, los disparos fueron objeto de la condena por parte de la mayoría de los partidos políticos: «Este acto devastador sin precedente es ajeno a las morales griegas y la reacción de las autoridades debe ser rápida», explicó el portavoz del Gobierno, Simos Kedikoglou. El líder de la oposición, Alexis Tsipras, calificó por su parte el altercado de «práctica racista y criminal» y pidió una investigación inmediata por parte de la justicia.
Alrededor de 1,5 millones de inmigrantes viven en Grecia, un país de apenas 11 millones de habitantes. Llegaron a partir de la segunda mitad de los 90, cuando había trabajo, y muchos se encuentran atrapados en el país debido a las leyes comunitarias, aunque con intención de marcharse al norte de Europa. En los últimos meses ha crecido la violencia racista en el país, y se han dado muertos incluso en las calles céntricas de la capital.
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