«La Policía nos llamaba ‘monos’»
El colombiano Robertulio C. pasó unmes recluido en el Centro de Extranjeros de Madrid a pesar de que tiene un hijo español a su cargo y carece de antecedentes penales
El Mundo, , 10-04-2013OLGA R. SANMARTÍN / Madrid
«En el CIE, pormegafonía, nos llamaban
‘monos’. Ponían sonidos de
simios, de vacas y de otros animales
y nos decían: ‘Saludad a vuestros primos
y a vuestrasmadres’. A un compañero,
colombiano como yo, antes
de deportarlo lo llevaron a una celda
de castigo y le dieron con una porra
envuelta en una toalla, para no dejarle
marcas. Yo vi cómo pegaban en mi
celda a unos subsaharianos».
Habla Robertulio C., un colombiano
de 23 años que pasó casi un
mes encerrado en el Centro de Internamiento
de Extranjeros de Aluche
(Madrid) y que estuvo a punto
de ser expulsado a su país. Lleva
ocho años residiendo en España, no
cuenta con antecedentes penales y
tiene, además, un hijo español menor
de edad a su cargo. Pero todo
esto no impidió que el 14 de diciembre
del año pasado la Policía lo atrapara
en una redada en una discoteca
de León, comprobara que no tenía
papeles y le mandara al CIE de
la capital, donde fue recluido.
Robertulio mostró muchas veces
su libro de familia a los agentes, les
habló otras tantas del pequeño Alan
Andrés, les rogó insistentemente que
le dejaran libre porque la madre del
crío regresó a Colombia en 2010 y se
había desentendido de ellos para
siempre. Pero no sirvió de nada.
«Recuerdo que todo el rato pensaba:
‘¿Qué va a pasar con mi hijo? Ya
el niño se va a quedar sin sumadre y
sin su padre…’», contaba ayer a este
diario. «Tenía mucho miedo de que
se lo llevaran los servicios sociales».
El niño se quedó con la abuela y
con la tía, que viven también en León,
mientras Robertulio languidecía
en el CIE: «Nos levantaban a las
8.00. A las 9.00, al comedor, donde
desayunábamos café con una barra
de pan duro. Nos subían a la habitación
hacia las 9.30 y hasta las 14.00
estábamos allí sin hacer nada. Luego
comíamos y de vuelta a la habitación.
A las 17.00 nos bajaban al patio
y podíamos jugar al parchís o al sudoku.
Las visitas eran demedia hora.
A las 20.00 era la cena y a las
21.00, de nuevo a la habitación. Nada
que hacer. A las 23.30 apagaban
las luces y cerraban las celdas con
rejas».
No había pasado una semana de
su reclusión cuando Robertulio esgrimió
una sentencia de los Juzgados
de Familia de León en la que se
le reconocía la guardia y custodia de
su hijo. Pero aún le tuvieron encerrado
varias semanas más, hasta el pasado
17 de enero, cuando quedó en
libertad por resolución de la Audiencia
Provincial. La Navidad la pasó en
su celda. Su hijo abrió sin sus padres
los regalos de Reyes.
La ONG jesuita Pueblos Unidos
denunció ayer, durante la presentación
de su informe anual sobre los
CIE, la «violación fragante» de derechos
que supone «decretar el internamiento
a personas que han dejado
a sus hijos menores en situación de
desamparo», en palabras de su coordinador,
el padre Daniel Izuzquiza.
El informe da cuenta de 11 casos de
inmigrantes sin papeles que pasaron
por el CIE en 2012 a pesar de tener
hijos españoles a su cargo. El 38% de
los internos de estas instalaciones
son población vulnerable: embarazadas,
maltratadas, enfermos y posibles
menores y víctimas de trata.
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