AL DÍA LOCAL

Cada vez más ciudadanos vascos recurren a los comedores sociales

«Todavía muchas familias hacen un efecto de contención, pero esto puede cambiar si sigue aumentando el paro», advierte el responsable del Aterpe de Donostia

Diario Vasco, EFE | VITORIA., 08-04-2013

Cada vez son más los ciudadanos vascos con problemas económicos que aparcan la vergüenza que sentían por pedir ayuda y recurren a los comedores sociales para alimentarse junto a personas necesitadas de más de 30 nacionalidades. Aunque no hay datos oficiales en el País Vasco sobre el número exacto de personas, autóctonos o extranjeros, que acuden a comedores gestionados por particulares, organizaciones sociales y ayuntamientos, varias asociaciones que se dedican a esta labor humanitaria han confirmado que está aumentando el número de vascos que necesitan alimentos básicos y ropa.

A los ciudadanos locales les sigue dando vergüenza pedir ayuda, pero se nota que muchos de ellos «ya la han perdido» debido a sus acuciantes necesidades económicas, según han explicado gestores y voluntarios de los comedores sociales de Vitoria. También José Antonio Lizarralde, responsable del Aterpe de San Sebastián, que ofrece alojamiento y comida, confirma que «cada vez se ve más gente joven y una mayor proporción de autóctonos ya que antes muchos eran inmigrantes ».

En Gipuzkoa se constata que cada vez más autóctonos necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas y acuden al Banco de Alimentos del territorio, que pasó de atender a 17.500 personas en 2011 a 20.700 en 2012, un periodo en el que los kilos de productos distribuidos aumentó de 282.000 a 329.000.

En el Aterpe de San Sebastián, gestionado por Cáritas, se registra un incremento del número de entradas, aunque por el momento no se ha producido una «avalancha». «Todavía las familias tienen un efecto de contención» y son capaces de ayudar a sus allegados en apuros, pero esta situación puede cambiar si la coyuntura económica y, sobre todo el paro, sigue aumentando, advierte Lizarralde.

Siempre llenos

En Euskadi la mayoría de los usuarios que acuden diariamente a estos locales son originarios de Marruecos y de América Latina aunque, por ejemplo, en el comedor de Desamparados de Vitoria, ha aumentado mucho el número de ciudadanos paquistaníes. Este comedor social, el único subvencionado por el Ayuntamiento de Vitoria, sirve unas 600 comidas y cenas diarias, pero para poder comer en él es preciso pagar cuatro euros o tener una tarjeta que ofrece el consistorio a los que demuestren que están empadronados y que no disponen de recursos económicos.

Sin embargo, los requisitos exigidos por el consistorio vitoriano hacen que algunos indigentes no coman la mitad de los días de la semana al negarle la tarjeta pública. Por ello recurre a comedores gratuitos y sin ningún tipo de exigencia como el de la Catedral de Santa María, que da 123 almuerzos todos los lunes a quien lo necesite. Se financia a través de donativos, de productos de tiendas como carnicerías y pescaderías de la ciudad, del Banco de Alimentos y de los voluntarios.

Los tres comedores sociales de Bilbao – Apostólicas de Cáritas, Franciscanos de Iralabarri y Conde de Aresti – sirven a unas 300 personas 566 comidas al día, el mismo número desde hace años, ya que están prácticamente llenos todos los días.

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