La Unión Europea no ha rescatado
–demomento– aMohamed Tanja.
Bankia había ordenado la subasta
del piso de Salt (Gerona) donde el
hombre, desempleado y de origen
gambiano, reside con su mujer y
dos hijos menores. La vista estaba
convocada ayer, 24 horas después
de que la Justicia comunitaria diera
un revolcón a la Ley Hipotecaria española.
Pese a la sentencia, el secretario
judicial no dio marcha atrás y
adjudicó el domicilio a la entidad.
Bankia puede pedir ahora que se
desaloje a la familia, a la que se le reclama
una deuda que supera los
100.000 euros. La Plataforma de
Afectados por la Hipoteca (PAH)
apeló sin fortuna a que se acatase la
resolución de Luxemburgo.
«Lo grave es que se podría haber
interpuesto recurso, pero el abogado
de oficio no se ha presentado», se
quejó una portavoz del colectivo antidesahucios.
Pese a todo, una veintena
demanifestantes emplazaron
al secretario a frenar el embargo. El
funcionario recordó que sólo podía
atender el requerimiento si el letrado
lo sellaba. «Hemos hablado con
Bankia hasta última hora, pero el
procurador no ha solicitado que se
retrase la subasta», lamentaron en la
PAH. Amodo de protesta, dos activistas
se encerraron en una sala hasta
que los Mossos los desalojaron.
La plataforma estudia quejarse al
decanato de abogados al entender
que el afectado sufrió un caso de desamparo.
Tanja dejó de pagar las
cuotas hace año y medio.