ORDUÑA

«Aita, tienes que estudiar más euskera»

Una docena de vecinos extranjeros se euskaldunizan gratis en Orduña, la mayoría para «ayudar a los niños» y «profesionalizarse»

El Correo, ALBA CÁRCAMO ORDUÑA., 04-04-2013

Más allá del importante patrimonio histórico que conforman las calles de Orduña, el presente y la realidad social han plasmado una nueva singularidad. Con sus apenas 4.237 habitantes, la ciudad es un crisol de culturas que cobija a vecinos de 33 nacionalidades. Cosmopolita como ningún otro municipio del entorno, la apuesta por la integración se ha plasmado en un curso municipal gratuito de euskera para inmigrantes . Una docena de personas asisten a las clases desde febrero en una primera aproximación a esta lengua que se prolongará hasta finales de abril. Aunque lo más probable es que el programa siga.
«Aprenden muy rápido», comenta de sus alumnos Begoñe Olabarria. Y es que las ganas y la necesidad contribuyen a que los conocimiento fluyan y den lugar a clases que, con el idioma como excusa, se adentran en la geografía y en las costumbres y paisajes vizcaínos.
«Hasta hablamos de las familias numerosas», explica la andereño antes de aclarar que «son muy aplicados». Suponen una pequeña muestra de los habitantes orduñeses, entre los que 245 proceden de otros países como Ecuador 99, Marruecos 48, Argelia 17 y Nigeria 12.
Algunos llevaban mucho tiempo esperando poder acudir a un curso de estas características ya que no pueden permitirse la matriculación en un euskaltegi. Tras tres años aguardando, a Linda y a Amine, les llegaba la oportunidad.
«Te entra curiosidad»
A ella, de Venezuela, le sirve para «saber lo que dicen los dibujos. Ya entiendo oso polita y alguna frase hecha más», celebra. A él, para aprender «a hacer frases: de dónde viene el verbo, de dónde viene el sujeto y saber crearlas».
«Lo ideal es practicar con gente que lo hable», coinciden con sus compañeros. Abdelmajid, mauritano, tuvo más suerte y, después de siete meses residiendo en la localidad, pudo comenzar con este curso para «profesionalizarse». Dar otro paso y no quedarse en lo básico es lo que pretende Francis, quien tiene claro que quiere «seguir en el euskaltegi» para poder hablar la lengua con soltura.
No en vano, aseguran que «con un poco de esfuerzo llegas a entenderlo. Pensé que iba a ser más difícil», rememora esta joven peruana. Una de las razones que la llevó a apuntarse a las clases, igual que a alguno de sus compañeros, fue que «a veces lees por la calle carteles que no entiendes y te entra la curiosidad por saber lo que significa».
De momento, algunos conceptos como «kaixo, gero arte, oso ondo…» están claros. Pero no quieren quedarse en lo superficial por algo tan importante como son «los niños». Algunos para para «ayudarles a mejorar», como Eduardo, a cuyo hijo mayor no le fue demasiado bien en la primera evaluación.
«Le dejé mi diccionario y mejoró en el siguiente examen», celebra este ecuatoriano afincado en Orduña desde hace 12 años. Otros, como Enrique, estudian simplemente para entenderlos. Este vecino, que también es originario de Ecuador, asegura que sus vástagos llegan a casa y cuando hablan entre ellos «no les entiendes. Tienen un nivel mucho más avanzado que el nuestro», reconoce. «Intento practicar con mi hijo de 7 años, le pregunto en euskera cosas que aprendo en el curso pero me contesta otras que no entiendo y me dice: aita, tienes que estudiar más», ríe.

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