La filipina Evangeline Banao Vallejos, madre de cinco hijos, que vive y trabaja en la excolonia británica desde 1986, ha perdido la batalla final contra la metrópoli financiera asiática. Su aspiración era obtener un permiso de residencia permanente. pondría a prueba los servicios de este territorio de siete millones de habitantes.
Ayer se conoció el fallo definitivo. “Las empleadas de hogar deberán regresar a sus países de origen cuando finalicen sus contratos laborales. Su admisión no tiene como destino último su instalación, y sus próximos no pueden entrar en Hong Kong para residir aquí”, señala el tribunal en su sentencia.
“Es un día triste para los trabajadores emigrantes de Hong Kong”, ha declarado Eman Villanueva, portavoz de una asociación de defensa de los inmigrantes asiáticos. “La sentencia ha legalizado un trato injusto y la exclusión social de las empleadas del hogar extranjeras en Hong Kong”, añadió Villanueva.
Se acabó el sueño para las casi 300.000 indonesias y filipinas que suspiraban por poder quedarse a vivir en la excolonia después de haber dejado los mejores años de su vida trabajando en este pequeño territorio.
Y es que para este colectivo, la posibilidad de poder trabajar y vivir en Hong Kong supone poder disfrutar de unos derechos prácticamente inexistentes en el resto de países del sudeste asiático. La legislación de la excolonia les garantiza un salario mínimo, que asciende a 3.920 dólares de Hong Kong al mes (387 euros, al cambio actual), más derecho de habitación y comida, un día de fiesta a la semana y cobertura médica.

COLECTIVO NUMEROSO En Hong Kong trabajan casi 300.000 empleadas de hogar extranjeras
SENTENCIA DISCRIMINATORIA Las empleadas foráneas no podrán acceder al permiso de residencia
SISTEMA A PRUEBA Las autoridades recurrieron para evitar el colapso de los servicios públicos